JUICIO EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Ocho mossos sitúan a los acusados en el lugar de donde partió el proyectil que mutiló a Quintana

Cuatro antidisturbios expedientados señalan a los imputados como los únicos que actuaron en la zona donde la mujer resultó herida

Declaración del caporal de la Drago 403 durante el juicio por el caso Ester Quintana.

Declaración del caporal de la Drago 403 durante el juicio por el caso Ester Quintana. / periodico

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Los ocho mossos antidisturbios que han declarado como testigos este martes en el juicio por la mutilación sufrida por Ester Quintana Ester Quintana durante la huelga general del 14 de noviembre del 2012 han situado la furgoneta policial en la que viajaban el subinspector y el escopetero acusados en una posición compatible con la trayectoria del proyectil que reventó un ojo de la mujer. Varios policías han admitido que oyeron “detonaciones”, aunque no han precisado ni quién disparó, ni el tipo de munición que se utilizó.

En el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona contra los dos mossos acusados de herir a Quintana con el disparo de una pelota de goma han declarado este martes como testigos ocho agentes de la unidad que en la tarde de ese 14 de noviembre se apostó en las confluencia de la Gran Via con paseo de Gràcia. Este dispositivo policial estaba formado por tres furgonetas de los antidisturbios (Drago 40, Drago 403 y Drago 414). El subinspector y el escopetero imputados viajaban en la Drago 40 que, según las acusaciones, es la que se situó más cerca del paseo de Gràcia y, por lo tanto, estaba en línea con la posición de Quintana, que recibió el impacto cuando estaba cruzando el paseo de Gràcia en dirección a la calle Casp.

Los cuatro antidisturbios que la Conselleria d'Interior apartó por ocultar información de sus movimientos en la huelga general del 14-N son los que más han alimentado en la sesión de este martes las sospechas sobre los dos mossos acusados de herir a Quintana, al señalarlos como los únicos que actuaron en el lugar donde la manifestante recibió el disparo.

Estos testigos, que eran miembros del furgón Drago 414, han explicado que, si bien se situaron en la Gran Via en paralelo con el vehículo en el que iban los mossos acusados (Dragó 40), su intervención en el lugar fue mínima, ya que se limitaron a bajar del vehículo y volver a subir al mismo tras percatarse de que el subinspector daba esta orden. Los agentes han recalcado que su actuación fue rápida y “fugaz”, en un lapso de 15 o 20 segundos. Cuando llegaron al lugar, han concretado, un grupo de personas empezaron a lanzarles objetos, pero a los pocos segundos estos alborotadores se dispersaron. Al tranquilizarse la situación, el operativo policial apostado en la Gran Via se fue del lugar.

CONFIRMADA LA VERSIÓN DE LA VÍCTIMA

Los agentes sancionados han situado a los mosos juzgados como los primeros en llegar a la Gran Via y, por tanto, los únicos que tuvieron tiempo de actuar en el chaflán del paseo de Gràcia desde el que Ester Quintana aseguró haber recibido el disparo de la pelota de goma. La versión de estos testigos corrobora el relato ofrecido al tribunal por la propia mujer lesionada.

La semana pasada, Quintana declaró que al mosso al que vio con la escopeta en la mano, segundos antes de recibir el impacto en el ojo, había descendido de la primera furgoneta que llego a la confluencia entre la Gran Via y el paseo de Gràcia. La mujer aseguró:  “Dieron la vuelta a la fuente y de la primera furgoneta, y cuando todavía estaba en marcha, bajó un mosso con un arma grande. Cuando estaba cruzando del paseo de Gràcia hacia la calle Casp, me giré y recibí el impacto”.

Entre los antidisturbios del furgón 414 que han declarado figura el cabo de la unidad, también expedientado por Interior, que ha asegurado que el escopetero de su furgón no bajó del vehículo policial con el arma porque “le dolía la espalda” debido a las horas de trabajo acumuladas y que él mismo le dio permiso para quedarse dentro del coche. Asimismo, ha detallado que no dio orden alguna para que se dispararan ni salvas, ni proyectiles, ya que subieron en el furgón a los pocos segundos de poner pie en tierra.