La investigación apunta a que el policía usó su arma reglamentaria para cometer el crimen

Las primeras pesquisas de la investigación, bajo secreto de sumario, apuntan a que la pistola que el agente Miguel Ángel ha usado para matar a su exnovia Cristina en Sant Feliu de Llobregat es el arma reglamentaria que le entregó el cuerpo de Mossos d'Esquadra. Lo confirmará el laboratorio de balística durante los próximos días.

Cada agente tiene un arma que es propiedad de los Mossos. Lo más habitual es que los policías opten por guardar su pistola, de la que son responsables legalmente, en la armería de su comisaría. Sin embargo, esta norma general no es una instrucción de cumplimiento obligado. Muchos optan por quedarse con ella cuando finalizan el servicio y llevársela a casa.

El contexto actual de amenaza de atentado yihadista, situado en el penúltimo nivel de alerta (4 sobre 5), ha provocado que el número de agentes que eligen no separarse de su pistola haya crecido en los últimos meses.

Además de esta arma reglamentaria, hay agentes que optan por adquirir una segunda pistola que guardan en su domicilio, por si se ven obligados a actuar fuera de servicio y pudieran necesitarla. Esta pistola la pagan entonces de su bolsillo y pasa a estrar controlada por la Guardia Civil, como cualquier otro ciudadano con permiso de armas.

Cuando un agente de los Mossos coge una baja laboral por motivos médicos debe devolver su pistola reglamentaria antes de que su ausencia supere los 30 días. Miguel Ángel no había devuelto la suya aunque llevaba más o menos ese tiempo de baja. 

Este viernes sus compañeros de la comisaría del distrito de Ciutat Vella celebran el Día de las Esquadres de Barcelona. Una fiesta a la que acudirán “conmocionados” por la noticia que les ha llegado hoy de Sant Feliu de Llobregat.