Fraternidad marista

Los Maristas muestran una curiosa forma de solidarizarse con las víctimas de abusos sexuales en sus colegios: secundar la línea de defensa de un pederasta confeso

LUIS MAURI

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Plano americano, leve contrapicado, fondo de cortinas venecianas, ligero contraluz. Y ahí siguen, atrincherados en la plasmática eternidad de Youtube, donde parecen creer que podrán burlar por los siglos de los siglos los interrogantes que les caen a plomo, de manera especial aquellos sobre la gestión que los Maristas y sus colegios han hecho de los muchos casos de abusos sexuales sufridos por sus alumnos durante los últimos 40 años.

Ahí continúan, yo me lo guiso, yo me lo como, refugiados en ese apaño de autoentrevista, el vicario provincial de los Maristas, Pere Ferré, y Gabriel Villa-Real, presidente de la fundación Champagnat, la entidad titular de los colegios de Sants-Les Corts y La Immaculada, que ya reúnen una cuarentena de denuncias contra diez profesores (seis religiosos y cuatro seglares) y un monitor por abusos sexuales de menores.

LA FACTURA

Ahí están. Palabras genéricas de disculpa y solidaridad con las víctimas de los pedófilos que han campado sin freno en sus colegios. Consternación, dolor, apoyo a los agredidos… ¿Apoyo? Curiosa solidaridad, la de cerrar filas con la defensa del pederasta confeso Joaquim Benítez y solicitar al juez la prescripción por antigüedad de todas las denuncias sometidas a consulta por el magistrado. ¿O acaso estamos pensando más bien en cómo rebajar en lo posible la factura de la responsabilidad civil?

Solidaridad con las víctimas, sí. Ya tuvimos noticia de esa peculiar forma de fraternidad al contrastar las abrumadoras evidencias de que la orden religiosa tapó de forma sistemática durante décadas numerosas denuncias de abusos de menores en sus aulas.

Una solidaridad tan singular como la forma de (no) responder a los interrogantes. Pero las preguntas siguen atronando, no van a apagarse por mucho que la cúpula de la orden estrene programa en Youtube. Agunas, es cierto, empiezan a difuminarse, pero porque ya van tomando la forma de certezas.