Multitudinaria manifestación protaurina en Valencia

Miles de personas han participado este domingo en una manifestación protaurina en Valencia en rechazo a quienes critican el toreo y piden que sea vetado. Antes de la manifestación ya ha habido un primer acto en la plaza de toros de Valencia, donde los 12.000 asistentes han coreado el lema "¡Libertad!". Tres toreros han leído un manifiesto que al final de la manifestación también ha leído el matador Enrique Ponce. Entre los profesionales del sector que han acudido a apoyar la iniciativa estaban Ponce, El Juli, Ortega Cano, Morante de la Puebla, Sebastián Castella y El Soro, entre otros toreros.

"Somos españoles con derechos, españoles de estos tiempos, españoles de todas las sensibilidades y orígenes", proclama el texto, que prosigue: "Somos españoles a los que nos horrorizan las guerras, y la explotación infantil y las desigualdades, hombres y mujeres que lloramos frente a las fosas comunes en las que se han convertido los mares". El manifiesto alude a "las apreturas de nuestro país" e insta a las administraciones a centrarse en resolver problema: "Hagan el favor de no utilizarnos como materia de distracción. Por todo eso y por más, no podemos consentir, que ahora por intereses espurios y economicistas, venga nadie a decir que sus pasiones (las de nuestros padres y abuelos)

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eran perversas o crueles".

"NO ACEPTAMOS LA INJURIA"

"No aceptamos la injuria ni el insulto", reza el manifiesto, que alude a los antitaurinos como un riesgo del que protegerse, como indica otra frase del manifiesto: "Hoy tenemos que agradecer la magnífica labor de las autoridades en la protección de este acto, hoy sí, otros días nos sentimos abandonados y no queremos que se repita". Con todo, el dardo más llamativo a los antitaurinos dentro del texto es el que sigue: "A quien no le guste el toreo bastante pena tiene con ello".

En la misma ciudad, una veintena de activistas antitaurinos ha participado en una protesta por el centenar de toros que muere en diversos festejos de las Fallas. La veintena de asistentes llevaba, como suele, manchas 'sangre' de pintura roja, así como prendas típicas de la celebración: peinetas y moños. Y portaban pancartas en las que se podía leer: 'Por unas fallas sin sangre'.