El esperma del violador en serie del Eixample coincide con el de una agresión no resuelta del 2004

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con apenas una semana de diferencia, en octubre del 2015, dos mujeres distintas fueron violadas en el barrio del Eixample de Barcelona de un modo casi idéntico. A ambas, el agresor las había sorprendido de madrugada, regresando solas a casa tras una noche de fiesta.

Los investigadores de los Mossos d’Esquadra hablaron con ellas y anotaron en su libreta las características de su agresor. Sus descripciones eran preocupantemente similares: un hombre con barba de unos 40 años, corpulento, armado con un cuchillo y de aproximadamente 1,85 metros de altura. Estos rasgos, además, coincidían con los que facilitó una tercera mujer que semanas antes, también de madrugada y en el mismo barrio, aseguró haber sido atacada por un individuo del que pudo zafarse por los pelos. No cabía duda de que se trataba del mismo tipo.

UN VIOLADOR EN SERIE

Los Mossos activaron un dispositivo policial que dividió en cinco zonas distintas el barrio del Eixample. Desde entonces, cada madrugada de día festivo, distribuían policías motoristas y agentes de paisano para proteger el radio de acción habitual del sospechoso. No dieron con él. Tampoco hubo más violaciones. Hasta el pasado enero. 

Hace tres semanas sorprendió a su tercera víctima, y siete días después, se cobró la cuarta. Parecía haber perdido el miedo a ser descubierto. La noche de la última violación, por ejemplo, una mujer había logrado sacárselo de encima a las cuatro de la madrugada pero tuvo la sangre fría de seguir al acecho hasta las seis, cuando acorraló a su última víctima.

Nuevamente la descripción de las jóvenes hablaba de un sospechoso barbudo, corpulento y armado con un cuchillo. Demasiados detalles descartaban que se trataran de casos distintos a los de octubre. Los Mossos “se volcaron en su captura”, remarca el jefe de investigación de Barcelona, el inspector Pere Pau Guillén. "La motivación para arrestarlo era máxima", reafirma. 

ARRESTADO

Al violador lo arrestaron este sábado dos agentes de paisano integrantes del dispositivo. Les llamó la atención el descaro con el que un hombre seguía a una mujer. “Le dejaba media calle de ventaja” y se valía de quioscos, paradas de autobuses o coches aparcados para ocultarse.

Dieron el aviso por radio a sus compañeros mientras iniciaban un segundo seguimiento. Así llegaron los cuatro hasta la casa de la víctima, en la calle del Consell de Cent. La mujer ignoraba que la seguía el violador y el violador que seguía a la mujer ignoraba que a él lo seguían dos policías.

Frente al portal de su casa, la chica sacó las llaves de su bolso, abrió la puerta y entró. El violador “esprintó” y evitó que se cerrara. Los agentes se abalanzaron hasta el portal. Lo que vieron a través del cristal les tranquilizó: la mujer había logrado entrar en el ascensor. El sospechoso regresó a la calle y los policías lo arrestaron.

Este violador es un vecino de Molins de Rei de 38 años con antecedentes por agresiones sexuales. Su esperma coincide con el de una violación no resuelta en el 2004. Ese mismo año este sujeto también fue detenido por otra agresión sexual que terminó sin condena. Los investigadores han logrado acreditar ante el juez que es el autor de cuatro violaciones en el Eixample en el 2015 y el 2016, contrastadas con el ADN de su esperma. Afortunadamente, este violador en serie, corpulento y sin escrúpulos, esperará su juicio entre rejas.