Tolerancia cero ante los abusos en las aulas

A medida que se conocen más cosas del caso de pederastia en dos centros de los Maristas en Barcelona más mala pinta da todo. Alguien debería dar la cara. Ese alguien debería decir si estamos ante muchos casos aislados o bien se trata de un delito en serie con la complicidad de la dirección de las escuelas y/o de la Administración pública. Las dudas son demasiado grandes como para seguir como si nada. Y hay que hacer algo más que repetir el mantra de que se ha hecho todo lo que la normativa y el protocolo prevén.

Como padres y madres de alumnos nos horroriza la idea de una Administración cómplice de esta monstruosidad, y nos horroriza en igual medida la posibilidad de que hubiera una cierta permisividad por parte de la escuela en este tipo de situaciones. En todo caso, quiero manifestar el apoyo incondicional de FAPAC con las víctimas de los abusos y con sus familias. Este es el núcleo central del tema. Alguien ha hecho de la vida de unos niños un infierno durante años. Alguien ha priorizado el buen nombre de una escuela por encima de su responsabilidad para con estos niños y la sociedad. Muy mal. ¿Qué hacer? Apartar de la escuela a quien ha actuado de manera irresponsable e introducir cambios en la administración educativa. Hay que cambiar todos los protocolos ya sean de abusos, como de acoso, como del tipo que sean donde se diferencie entre escuelas públicas y concertadas. La norma es igual para todos. Queremos la misma protección para todos y cada uno de los niños de Catalunya. Los niños y niñas no tienen la culpa de la doble red escolar.

MÁS ALLÁ DE LA RETÓRICA

La consejera ha llegado a hablar de retirada de concierto económico en los centros si finalmente hay condena firme en sentencia judicial. Puede parecer muy duro, pero es evidente que el proceso judicial será más largo que la duración de esta excepcional legislatura de 18 meses. Hay que hacer algo más allá de la retórica. Reclamamos tolerancia cero y acciones contundentes que muestren que hemos enterrado de una vez el oscurantismo.

Por ejemplo, se puede entregar el dinero del concierto escolar a un notario mientras dura el proceso judicial. Al fin y al cabo, las familias han tardado cuatro años en conocer el tema aunque el pederasta confeso Benítez fue apartado de sus funciones en el 2011.

Y por último, ¿qué hace la inspección educativa en estos casos? ¿Tienen los inspectores suficiente formación para detectarlos? ¿Se hace trabajo proactivo o solo se actúa una vez llega una denuncia? ¿Se investiga de manera diferente según donde haya que investigar? ¿Se investiga?

En la reciente asamblea de FAPAC en Banyoles un padre decía: «Quizá hay cosas más importantes que mis hijos, pero todavía no sé cuáles son». Nosotros tampoco. Los niños están muy por encima del nombre de una escuela. No podemos permitir que una escuela, inspección o quien sea arriesgue a nuestros niños por desidia, 'desconocimiento' de los protocolos o por complicidad con los abusadores. En resumen: línea dura. ¡Nuestras hijas e hijos no se tocan!