Tácticas de diversión

Algunas paradas del mercado de la Llibertat tienen televisores para aliviar la espera de los clientes

COLAS

COLAS / periodico

TERESA PÉREZ / BARCELONA

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La televisión tiene un poder hipnotizador en el mercado de la Llibertat, en Gràcia. Tres puestos: una pescadería, una frutería y un establecimiento de platos preparados han instalado pantallas para hacer más llevadera la espera a los clientes que aguardan su turno para comprar."Hay que hacer lo que haga falta.Tenemos que retener al cliente como sea", se justifica Nùria Tarrès, propietaria de la Bacalladeria Cocinats Tarrès."La gente lo quiere todo para ¡ya! La rapidez es lo primero. Tiene muy poca paciencia, le molesta esperar y si ve que tiene que aguardar un turno largo, se va", explica. "Se pierden ventas", remarca Montse Capafons, dependienta de Peixos Baldo.

 Las aglomeraciones deben ser habituales si se valoran los datos facilitados por el Institut Municipal de Mercats de Barcelona que cuantifican en más de 65 millones las visitas que recibieron el año pasado los 40 mercados que tiene la ciudad. Cuantificar este dato de entradas llama la atención pero no sale de la manga, ya que "algunos mercados tienen contadores", afirma un portavoz municipal. La tecnología para amortiguar las colas no llega a todos los mercados por igual. En algunos, sobre todo los que no se han renovado, utilizan otros métodos más pedestres para aliviar la espera: las sillas.

LA LOTERÍA DE NAVIDAD

Una gran pantalla preside el establecimiento Tarrès situado en uno de los chaflanes de este renovado mercado de la plaza de la Llibertat. La tele está encendida y empieza a emitir imágenes. Hoy toca recetas de cocina. Los menús se alternan con documentales de Islandia, el paraíso del bacalao que para eso la parada está especializada en este pescado, y con imágenes de los festejos que organiza el recinto comercial. El sorteo de la lotería del 22 de diciembre es ya un clásico en la pantalla y también votaciones trascendentales en el Congreso de los Diputados y en el Parlament.

La mañana está algo más movida en la frutería Germans Mora. Una decena de clientes aguarda a que les atiendan una de las tres personas que hay detrás del mostrador. De la pared de una esquina cuelga otro televisor que también se puede divisar desde uno de los pasillos. "Aquí la programación está clara, por la mañana ponemos las noticias del canal 3/24 y por la tarde, los dibujos animados así los niños están tranquilos mientras compran los mayores", señala una dependienta. Peixos Baldo también ha apostado por la tecnología para amortiguar las colas.

EL TIEMPO DE LAS COSAS

Los documentales son los reyes de la pequeña pantalla. "El cliente se tiene que dar cuenta que en la pescadería, como sucede en la charcutería, lleva mucho tiempo preparar los productos", dice Capafons. Tarrès aclara "la gente quiere comprar en 5 minutos y eso no puede ser", aclara Tarrès. Los comerciantes reconocen que todos acuden a comprar a la misma hora, sobre las 13.50 horas. Las tardes que abren las paradas, ya son más tranquilas y, por supuesto, los fines de semana. El público de los sábados va con más tranquilidad y es más familiar "viene a disfrutar mientras compra", concluye Tarrès.