Reivindicaciones en segundo plano

Feministas quieren que las cuestiones que afectan a las mujeres tengan más relevancia política

MARÍA G. SAN NARCISO / BARCELONA

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Que no se haya hablado prácticamente sobre el IVA que soportan los productos para la menstruación durante el tiempo que duró la campaña electoral, a diferencia de otros bienes y servicios (como por ejemplo la cultura), ha abierto otro debate: por qué las cuestiones que afectan expresamente a las mujeres no se imponen en la agenda política. “Parece que los temas de las mujeres tienen que estar en un segundo plano. Son importantes pero no tanto”, explica Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas. Todas las políticas consultadas por este diario están de acuerdo con esa perspectiva. “Es un ejemplo muy concreto y muy puntual, pero es la prueba del algodón”, dice Mireia Mata.

MAYORÍA SOCIAL

Aunque, como afirma la socialista Carmen Montón, las mujeres son la mayoría social, hasta hace poco la revuelta sobre el precio de estos artículos no llegó a España. Y tampoco lo hizo en exceso. No hay una gran revuelta social ni por ello ni por la lucha contra la 'tasa rosa', como sí ocurre en otro países de la Unión. “Primero, porque muchísimas de las mujeres no somos conscientes de que esta discrimación existe y porque tampoco gusta identificarse como pertenecientes a un sector de la población discrimada u oprimida”, opina. 

Femen añade que, cuando además estos temas tienen que ver con los cuerpos, el problema se dispara. "El cuerpo de la mujer se sigue viendo como algo obsceno", considera la presidenta de la organización en España, Lara Alcázar. Besteiro pide al futuro Gobierno que sea consciente de las profundas diferencias que aún separan a hombres y mujeres y que vuelvan a la primera línea de la agenda política.