CONFLICTO EN un hospital

El Síndic desliga los recortes de dos muertes en el Vall d'Hebron

El cirujano del Vall d'Hebron Manuel Galiñanes, el pasado martes.

El cirujano del Vall d'Hebron Manuel Galiñanes, el pasado martes.

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El informe que ayer presentó el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, tras investigar la muerte de dos pacientes cardiacos atendidos en el Hospital del Vall d'Hebron, señala que no existen «indicios concluyentes» que vinculen esos fallecimientos con los recortes presupuestarios que afectan al centro, relación que había establecido el cirujano Manuel Galiñanes, responsable de cirugía cardiaca de dicho hospital hasta el pasado lunes, y que motivó la intervención del defensor catalán. «No se ha podido constatar que los cambios en los recursos materiales del servicio de cirugía cardiaca impidieran actuar con normalidad y en plenas garantías para los pacientes», indicó Ribó, que remitió a otra investigación, aún en curso, que está realizando un comité independiente del centro.

Ribó se detuvo especialmente en analizar la situación de las esperas en cirugía cardiaca, unas demoras que los recortes presupuestarios aplicados en la sanidad pública empeoraron. Un real decreto publicado por el Gobierno de Mariano Rajoy en el 2011 fijó esas demoras en un máximo de 180 días, un plazo que Salut redujo a 90. Los pacientes tienen garantizado que serán intervenidos antes de concluir ese plazo, pero el periodo legal se rebasa cada verano en la mayoría de los hospitales, coincidiendo con la reducción de actividad y camas disponibles. El pasado 8 de julio, informó Ribó, tres pacientes llevaban más de 90 días esperando para ser operados del corazón en el Vall d'Hebron y el 30 de septiembre eran 34 los que habían superado el plazo legal.

En estos retrasos influye de forma determinante, dijo el Síndic, la prioridad que los servicios conceden a quienes empeoran y deben ser operados de forma urgente, circunstancia que perjudica a los no afectados por una emergencia. Ribó pidió que el hospital gestione las listas de espera de forma que no aumenten por la priorización de las urgencias.

Galiñanes aseguró ayer que no se le permitió presentar ante el Síndic documentación médica sobre los dos pacientes objeto de su denuncia, aspecto que Ribó justificó aduciendo que el propio hospital ya le había remitido esa información.

Este episodio, relevante al tratarse de la primera denuncia que vinculó muertes hospitalarias con los recortes presupuestarios, ha generado gran malestar en el Vall d'Hebron. El pasado lunes, en una reunión de la junta de facultativos del centro -donde participan jefes de servicio y representantes sindicales-, se dejó constancia de la «incongruencia» de que el anterior gerente del hospital, José Jerónimo Navas, cesado el pasado enero, contratara a Galiñanes en el 2010 por su relevancia profesional -«fueron a buscarlo a Londres», indicaron-, en contraste con el hecho de que ahora se le cese por no cumplir supuestamente con los plazos de la evaluación interna del hospital.

«Lo ficharon para que redujera las listas de espera de cirugía cardiaca, cosa que hizo eficazmente porque es un excelente cirujano -señalaron en dicha reunión-, pero se le cesa por no haber sabido liderar a su equipo». Galiñanes ha operado en los dos últimos años en horarios de mañana y tarde -sin cobrar esto último- y ha llevado a mínimos históricos las esperas quirúrgicas de su servicio, pero no se ha granjeado la simpatía de quienes estaban a su cargo, a los que al parecer exigía de forma excesiva. Con el cambio de gerente, las quejas por esa difícil relación habrían conducido a su destitución.