HÁBITOS ALIMENTARIOS Y SALUD PÚBLICA

La Sanidad inglesa pide gravar con el 20% los alimentos azucarados

El Gobierno hace oídos sordos, pese a que la proporción de obesos es del 25%

Bebidas azucaradas.

Bebidas azucaradas.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Antes fue el tabaco. Ahora, el enemigo número uno de la salud pública es el azúcar. Y los británicos la consumen en cantidades preocupantes. Una verdadera adicción en el país donde se ha disparado la obesidad en las últimas tres décadas. El país también en el que uno de los programas más populares de televisión, 'The Great British Bake Off', es un concurso de repostería.

Un informe alarmante del Servicio Público de Salud ha recomendado al Gobierno gravar con un impuesto del entre el 10% y el 20% los alimentos, las bebidas y los preparados con mayor cantidad de azúcar. La propuesta ha relanzado el debate sobre cómo frenar los abusos del poderoso sector alimentario. El mediático chef Jamie Oliver se ha 'mojado' una vez más y ha acudido a la Cámara de los Comunes para defender la tasa. «Tenéis que tomar medidas drásticas», les dijo a los diputados. «¿Quién manda en este país? ¿Los negocios que están beneficiándose a costa de la salud o nosotros?». Pero el Gobierno, por boca del primer ministro, David Cameron, ha rechazado el gravamen.

OBESIDAD INFANTIL

Uno de cada cinco niños menores de 10 años y el 25% de los adultos en el Reino Unido son obesos. Se calcula que la atención a enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo-2 y algunas clases de cáncer le cuestan a la sanidad pública más de 5.000 millones de libras al año. Una de las principales causas es el consumo elevado de azúcar. La mayor parte de los británicos ingiere el doble de la dosis recomendada.

Los consumidores son cada vez más conscientes del riesgo que eso implica, pero el problema es el azúcar escondida en bebidas baratas, comidas precocinadas y los populares takeaway, los cocinados, como pizza o curry, listos para llevar a casa. Oliver ha pedido que a modo de ejemplo, se graven las bebidas gaseosas, en lugar otros productos como chocolatinas, porque la gente tiene un mayor desconocimiento de la cantidad de azúcar que llevan. Una bebida edulcorada contiene alrededor de nueve cucharadas, cuando el límite máximo aconsejado al día para un adulto es de seis.

RETRASO GUBERNAMENTAL

El informe, cuya publicación el gobierno ha retrasado durante meses, reconoce que una sola medida, como las tasas, puede ser un buen ejemplo, pero no tendrá la eficacia suficiente. Los expertos quieren también que se regulen descuentos y promociones en los supermercados, que influyen de manera determinante en la composición de la cesta de la compra y no siempre para bien. También piden que se reduzca la enorme publicidad de comidas y bebidas, dirigidas a los niños, mezclando juegos y productos azucarados. Y abogan por la mejora de los menús en los hospitales y otros organismos públicos.

La petición a favor del impuesto a los productos con exceso de azúcar de Oliver ha sido respaldada hasta el momento por 150.000 firmas. El Gobierno la ignora y prefiere culpar a los ciudadanos y sus malos hábitos a la hora de comer.