Port Aventura afronta duras críticas por los días de aglomeración

Colas de visitantes en el acceso a las taquillas de Port Aventura, ayer.

Colas de visitantes en el acceso a las taquillas de Port Aventura, ayer.

CARLOS MÁRQUEZ / CARLES COLS / BARCELONA

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Barcelona está a una hora de Port Aventura. Así se anuncia el parque. Y, según cómo, a tres o cuatro de poder subir a una de sus atracciones. El complejo temático más importante y concurrido de España experimentó un llenazo el pasado fin de semana que generó aglomeraciones, largas colas y malestar entre los visitantes. Los congregados aprovechaban los tres días de fiesta para disfrutar en familia del recinto de Vilaseca-Salou, en la Costa Daurada, pero el jolgorio mutó en interminables esperas.

«En todo el día me subí a dos atracciones y vi un espectáculo. ¡Tres horas para el Shambala y tres más para el Dragon Kahn! Hora y media para el show. El tiempo que me quedó lo dediqué a dar vueltas porque no sabía qué hacer. Vergonzoso». Testimonios como este, de un joven de Palafrugell, han llenado las redes sociales de indignación esta semana. La página de Facebook del parque recibió en tres días más de 500 mensajes que aluden a esa mala experiencia. Incontables son los tuits que hacen referencia, con fotos y vídeos, al mal rato que pasaron muchos dentro del recinto. Cartas en los periódicos, como la que se reproduce en la página siguiente, también ayudan a hacerse una idea de lo vivido. Todas las quejas giran en torno a lo mismo: las largas colas (también en la carretera), la aglomeración de visitantes y la dificultad para encontrar aparcamiento. Hay quien necesitó hora y media hasta dar con un hueco para el coche a pesar de tener el estacionamiento pagado por anticipado.

Fuentes de Port Aventura consultadas por este diario evitan aportar cualquier detalle sobre el número de personas que visitaron el complejo el pasado fin de semana. Tampoco quieren facilitar el aforo máximo del recinto «por razones de seguridad», aunque fuentes no oficiales hablan de unas 35.000 personas. Un portavoz detalla que la empresa responderá «de manera individual» a cada una de las reclamaciones que se hayan presentado, sin querer concretar cuántas se han recibido o qué solución se dará a las mismas. «No damos estos datos», se limita a repetir durante la conversación con EL PERIÓDICO. Sí admite que esta situación de aglomeración «se produce una vez al año o cada dos años». Según este portavoz, los Mossos se desplazaron hasta el lugar «y certificaron que no había un problema de orden público».

Puede servir como referencia la respuesta que tuvo hace tres años Éric Sierra, cuando un día en el parque se convirtió en un ejercicio de paciencia familiar. Tras presentar una reclamación, Port Aventura le obsequió con unos pases gratis para otro día. Un portavoz de la organización de consumidores FACUA confirma el gran número de llamadas de la semana pasada. «Si lo que cuentan es cierto, esas largas esperas de más de dos horas, tienen derecho a reclamar la devolución del dinero». El problema, y de ahí la prudencia de la empresa, es establecer dónde se pone el listón del reembolso, pues probablemente, muchos visitantes solicitarán que se les abone, además de las entradas, el alojamiento y las dietas.

En la web change.org se ha puesto en marcha una campaña para que Port Aventura compense a los clientes que acudieron a Tarragona el 11 de octubre. Añade un cálculo que ayuda a empatizar con lo sucedido: «Si cada atracción dura como mucho un minuto y contando que estuvimos en el parque de 12 de la mañana hasta las 22 horas, creo que de esas 10 horas solo disfrutamos cinco minutos. ¿Compensa pagar 45 euros para cinco minutos de diversión?». El grupo tiene ya 4.400 firmas.

Lo acaecido el pasado fin de semana no es un fenómeno excepcional en Port Aventura. En la web del parque puede consultarse un calendario en el que, en base a la experiencia de otros años, se detalla el tiempo de espera para las atracciones. Así, en los días de verano, como en fines de semana señalados, ya se advierte que la cola será de entre 45 minutos y dos horas. Basta con echar una ojeada a la hemeroteca para comprobar que el éxito del complejo va adosado a este problema endémico de las interminables e incómodas colas.

Al margen del debate sobre el límite de aforo, aflora la reflexión sobre la necesidad de amortizar una inversión que en 20 años supera los mil millones de euros. Solo en los últimos cuatro, los inversores han desembolsado 125 millones. La necesidad de renovarse constantemente, ante la competencia de ofertas como Eurodisney, en París, o el parque Warner de Madrid, obligan a Port Aventura a apostar por nuevas fórmulas de entretenimiento, ya sea en forma de atracción o de espectáculo. Este mismo año se ha puesto la primera piedra de una instalación llamada a ser referente: Ferrari Land, dedicada íntegramente a la marca italiana de coches. Ha supuesto una inyección de 100 millones.

También se ha firmado un acuerdo con Cirque du Soleil para que ofrezca un espectáculo durante cinco años. A poder ser, que el show se mantenga dentro de la carpa.