LUCHA MEDIOAMBIENTAL

Francia amplía la cruzada contra la contaminación de los motores diésel

EVA CANTÓN
PARÍS

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A dos meses de la crucial Cumbre del Clima de la que París es anfitriona, el Gobierno francés continúa su cruzada contra las contaminantes partículas finas emitidas a la atmósfera por la combustión del gasóleo. La ministra de Ecología, Ségolène Royal, anunció ayer una ampliación de las subvenciones para los que se decidan a cambiar sus viejos vehículos diésel por un coche eléctrico. En la actualidad, la ayuda de hasta 10.000 euros para incentivar la compra de un coche limpio -en vigor desde el pasado 1 de abril--estaba destinada a sustituir los motores diésel de más de 15 años de antigüedad. Con la nueva medida, la subvención se aplicará también a los coches de más de 10 años equipados con este tipo de motor.

«Vamos a dar el bonus de 10.000 euros para la compra de un coche eléctrico a cambio de abandonar un viejo vehículo diésel de más de 10 años, en lugar de los 15 años actuales», declaró la ministra en iTélé. Royal adelanto también su intención de fomentar la fabricación de coches limpios a precios más populares, entre 5.000 y 8.000 euros.

El Comité de Constructores Franceses de Automóviles (CCFA) calcula que en el país hay 5,8 millones de vehículos que podrían beneficiarse de las ayudas públicas, menos del 30% de los motores de gasóleo de Francia.

Particulares, empresas y ayuntamientos pueden solicitar subvenciones de hasta 10.000 euros para comprar o alquilar durante al menos dos años un coche eléctrico, y de 6.500 euros para uno híbrido recargable, a condición de llevar al desguace un diésel puesto en circulación antes del 2001. También hay una ayuda de 500 euros para los hogares más modestos que adquieran un vehículo nuevo o de segunda mano que emita menos de 110 gramos de CO2 por kilómetro y respete la norma Euro 6.

IGUALAR PRECIOS

Por otro lado, Royal reiteró su intención de acercar los precios del gasóleo y la gasolina, eliminando las ventajas fiscales de las que se beneficia el primero, unos 15 céntimos de euro por litro. Una iniciativa que podría aplicarse paulatinamente a lo largo de los próximos cinco años. Y un gesto relevante para poner fin a décadas de supremacía del diésel, que en Francia supone el 81% del carburante que se consume.

Nada de esto es ajeno al escándalo de los 11 millones de motores trucados (un millón en Francia) de la alemana Volkswagen. La industria francesa se prepara para la era pos-diésel, aunque lentamente. En el 2014, el 70% de los coches vendidos por el grupo PSA (Peugeot y Citroën) eran de gasóleo.