RECOMENDACIONES DE BARCELONESES A TURISTAS

Ver Barcelona sin vivir Barcelona

El turista visita la ciudad con una lista en la que es imposible que falten Gaudí, la Rambla y la playa

PAULA PÉREZ

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Miles de personas, de diferentes nacionalidades, edades, gustos, filias y fobias llegan cada día al aeropuerto de El Prat dispuestos a visitar Barcelona. Por muy diferentes  que sean, al final no dejan de ser una cosa: turistas. Por su colección de selfis los conocerás: el parque Güell, el paseo de Gràcia, la Sagrada Familia, la Rambla, la plaza Catalunya... Y la playa, claro. El tour turístico de Barcelona es aglomerado y previsible. ¿Rutinario? A los turistas les debe de gustar.

La ruta está tan marcada que se dirigen de un lugar a otro como si de tachar objetivos en una lista se tratara. Es comprensible. Irse de Barcelona sin haber fotografiado la Sagrada Família o el parque Güell es tan extravagante que nadie está dispuesto a fracasar como turista de esa manera. Fernando Vera Del Barco y su hijo Santiago no son la excepción. En la puerta de embarque de su vuelo de regreso a casa, estos dos argentinos se declararon asombrados sobre todo de dos aspectos de la ciudad: su comida y su arquitectura, de ahí que no se perdieran el parque Güell, la Pedrera, la casa Batlló y la Sagrada Família. Se perdieron la Casa Vicens, ubicada en el barrio de Gràcia, también de Gaudí; no sale en las guías. Alegaron que solo estuvieron tres días y la falta de tiempo les impidió ver muchos sitios. Es curioso: de tanto ver lugares emblemáticos de Barcelona al final falta tiempo para vivir Barcelona.

Los discordantes del grupo

No todos vienen para ver edificios bonitos. Playas hay muchas en el mundo; en pleno casco urbano y tan cerca del centro, no tantas. Para relajarse plenamente, los turistas van a una de las playas urbanas con mayor grado de ocupación: La Barceloneta. Andreas Lindorfer, de Viena, admite que de los cuatro días que estuvo en la cuidad, dos los pasó en la playa.

En todo rebaño hay ovejas descarriadas, En el turístico, hay quien lo intenta. El londinense Lorenzo Edwards, por ejemplo, aprovechó su estancia para tomar el sol en la Barceloneta y la Marbella, pero dejó la ciudad sin visitar la Sagrada Família. "Había muchos turistas", reflexionó. Luisina Delgado, su madre y su abuela eran repetidoras de Barcelona, ya la visitaron hace un año. Por eso, esta vez se propusieron ver "cosas nuevas". Así, se aventuraron hasta la plaza de las Glòries. Y se hospedaron en el barrio Gòtic porque, según Luisina, allí "hay bares típicos a los que van los barceloneses". Lo importante es, según esta argentina, "intentar salir de los sitios turísticos y conocer gente del lugar para enriquecerse viajando»De los dos días que no pasó en la playa, el austriaco Andreas recuerda que visitó un "fish market", aunque no sabe cuál. Eso sí: "Por supuesto que volveremos"anuncia el joven, que vino a Barcelona con la intención de no dejarse llevar por la marabunta en chanclas y bermudas.

Como Andreas, los turistas suelen irse encantados de Barcelona. El peruano Julio Braulio Vernaza, que visitó la ciudad acompañado por sus hijos y su nieta, sentencia: "El que vino una vez, viene otra, pero para quedarse", y añade: "He caminado mucho, pero ha valido la pena". En esos paseos -"a pie se conoce mejor una ciudad"- ha visitado la Sagrada Familia, las playas, el Camp Nou, la Font Màgica de Montjuïc y el Puerto Olímpico, una alineación clásica del buen turista. "Me ha faltado tiempo", sentencia. Lo primero es lo primero. Pero lo dicho, comprensible. Si no es por la playa o por Gaudí, ¿para qué visitar Barcelona?

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