Los ciclistas proponen imitar a París y permitir a las bicis saltarse el rojo

Una bicicleta pasa en rojo en Consell de Cent, el viernes, para incorporarse al carril bici de Girona.

Una bicicleta pasa en rojo en Consell de Cent, el viernes, para incorporarse al carril bici de Girona.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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París es una de las grandes ciudades europeas más comprometidas con el ciclismo urbano. No es como en los países del norte, donde la bici habla al coche de tú a tú, pero no por ello se amilana ante el motor. La última propuesta del ayuntamiento de la capital francesa es una locura estudiada: permitir que los ciclistas pasen en rojo según qué cruces, ya sea para seguir recto o para girar a la derecha (ver gráfico). 

Ha podido comprobar durante tres años que la siniestralidad no crece y que la fluidez del tráfico aumenta. Ahora extenderá el plan a todo el casco urbano. ¿Puede un país como España plantearse una propuesta de este calibre?

La bicicleta es aquí un medio de transporte todavía anecdótico, pero a nadie se le ocurre afirmar que es una moda pasajera porque en los últimos años -habrá quien lo justifique por el ahorro a que obliga la crisis- ha sido el único que ha crecido. En Barcelona, por ejemplo, los desplazamientos en bicicleta han aumentado un 15% en tres años, pero no representan ni el 2% del total de movimientos internos. Ciudades como Sevilla, Madrid, Vitoria, Zaragoza o San Sebastián han impulsado políticas destinadas a promocionar su uso. Falta, sin embargo, empezar a arriesgar un poco. Empezar a importar ideas que vayan más allá de lo que cabría esperar: una buena red de carriles, aparcamientos en la vía pública, ordenanzas municipales... Permitir que la bici pase en rojo en según qué circunstancias podría ser un comienzo, aunque más de un lector pensará que eso es algo que no hace falta regular porque los ciclistas lo hacen de todos modos.

UNA SUERTE DE CEDA EL PASO

Rubén Rodríguez es portavoz de la asociación Gasteizko Bizikleteroak Ciclistas Urbanos, de Vitoria. Admite que muchas bicis consideran el semáforo como una suerte de "ceda el paso", y explica que su ciudad lleva un par de años estudiando una medida que ya aplican países como Alemania, Dinamarca o Estados Unidos. "Si ellos pueden hacerlo, no veo razón para que nosotros no sigamos el mismo camino, pero sí es cierto que la indisciplina no juega a nuestro favor, ya que el 60% pasa en rojo", advierte.

La cifra la saca de un estudio que también concluye que en la mayoría de casos no se genera peligro alguno. Pero eso, lógicamente, no basta. En París se hará solo en aquellas intersecciones en las que la seguridad esté garantizada al 100%. Se colocará una señal tradicional de ceda el paso bajo el semáforo, de manera que la bici deberá, antes de proseguir, cerciorarse de que no entorpece la circulación de la calle perpendicular o el paseo de un viandante. "Creo que es una medida ideal para ciudades medianas como Vitoria, pero habría que explicar muy bien la iniciativa".

"UNA IDEA ESTUPENDA"

 Rubén Carbonero es una de las personas que mejor conoce el mundo de la bici en España y es autor del blog mejorenbici.es. Empieza con un "me parece una idea estupenda", y se explica: "Facilita la circulación al ciclista y evita momentos de tensión como los que se generan cuando está detenido en el semáforo y al arrancar ralentiza todo el tráfico motorizado". Cualquier medida que se tome debe tener, reclama, la bendición de la DGT. Los ayuntamientos pueden regular a su aire, pero en su opinión, si se quiere dar mayor empaque a la idea, el Gobierno debería implicarse para que, de algún modo, todas las ciudades tengan una misma base sobre la que trabajar. Dado que los ciclistas llevan meses esperando el plan estratégico de la bicicleta, este activista de la bicicleta urbana no destila excesiva fe en el sistema.

Fe es lo que también le falta a Ole Thorson, experto en movilidad y presidente de la Federación para la Prevención de Accidentes de Tráfico. "Las personas que van a pie tienen que estar protegidas en todo momento, eso para empezar". Pide ir un poco más allá, porque no se puede debatir sobre la bici sin referirse a la movilidad en general. Habla un de país que requiere "una revisión de un modelo de circulación en el que todavía es el coche el que marca las normas a pesar de no ser, ni de largo, el medio de transporte más usado, aunque sí el que más impone".

Joan Valls, consultor en materia de movilidad y expresidente del Bicicleta Club de Catalunya (BACC) aprueba la propuesta para el caso de Barcelona, donde, señala, «la mayoría de las calles son de un solo sentido». Destaca, además, la "buena visibilidad en los cruces del Eixample", donde se podría aplicar el ceda de giro a la derecha, pero en ningún caso, permitir seguir de frente.