programa coordinado por la ENTIDAD fondation de france

Ciencia de muchos tintes

Estudiantes del instituto Lluís de Requesens, de Molins de Rei, que han analizado la influencia de los colores en la capacidad de concentración.

Estudiantes del instituto Lluís de Requesens, de Molins de Rei, que han analizado la influencia de los colores en la capacidad de concentración.

MICHELE CATANZARO / BARCELONA

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¿Qué pasa cuando las preguntas de la ciencia las plantean ciudadanos de a pie, en lugar de comités, empresas o mecenas? Cuando eso ocurre, surgen cuestiones sencillas pero relevantes. Por ejemplo: ¿el color de las paredes de un instituto afecta al rendimiento escolar? Diez estudiantes del instituto Lluís de Requesens, de Molins de Rei (Baix Llobregat), llevan tres años buscando una respuesta, en colaboración con el Instituto de Neurociencia Donders (Países Bajos). El proyecto forma parte de una iniciativa internacional de la Fondation de France que pretende fomentar investigaciones pensadas por ciudadanos junto con científicos profesionales. En mayo, los jóvenes publicaron un artículo en la revista Fronteers of young minds Fronteers of young mindsy hace dos semanas presentaron sus resultados al público en Molins de Rei.

Aunque no han obtenido respuestas concluyentes, los participantes han aprendido mucho de esta experiencia que los ha llevado a encajar dispositivos luminosos en la cabeza de sus compañeros, a reunirse en Francia con estudiantes europeos implicados en proyectos parecidos e e incluso a impartir un seminario a expertos del Institut d'Investigació de Bellvitge (Idibell). «Se han roto los tópicos sobre la ciencia: es un mundo con mucho humor», afirma uno de ellos, Pau. «Los científicos no te miraban como a un estudiante, te tomaban en serio», explica Lara. «Te sentías importante por estar a su altura», añade Laia. Más de la mitad de los alumnos pretenden estudiar carreras científico-técnicas.

En el 2012, el profesor de informática Daniel Laguna animó a sus alumnos a participar en un concurso de vídeos estudiantiles. Los jóvenes de Molins se planteaban en el suyo si se aburrirían menos si las paredes de la escuela tuvieran colores. El vídeo llamó la atención de un miembro del jurado, Livio Riboli Sasco, de la asociación Atelier de Jours à Venir, famosa por llevar a jóvenes de la banlieu de París a hacer proyectos en centros científicos punteros.

Filantropía privada

Riboli vio que el instituto catalán encajaba perfectamente con una iniciativa de la Fondation de France, con la que colabora. Este ente privado lleva años financiando en todo el mundo obras de arte encargadas no por el Estado ni por mecenas, sino por colectivos de ciudadanos. Riboli gestiona un proyecto que hace lo mismo con investigaciones. «El objetivo es que la gente se sienta legitimada para hacer preguntas. La ciencia está financiada por la sociedad y al menos parte de las preguntas deberían venir de los ciudadanos», explica Riboli.

«Los alumnos tenían entonces 15 o 16 años y estaban alucinados de que unos científicos extranjeros estuvieran interesados en ellos», explica Laguna. «A mí me motivó saber que venían científicos de verdad», confirma Laia. La actividad se desarrolló fuera de las horas lectivas, con 10 estudiantes voluntarios. «Dudaba entre un campamento y esta actividad, y no me arrepiento», explica Lara.

«Dedicamos un tiempo a detallar su pregunta: en ciencia es importante hacer preguntas específicas», explica Guillaume Sescousse, investigador del Donders que acompañó al grupo. Los estudiantes convencieron a decenas de compañeros a mirar una lista de palabras en pantallas de colores y a contar cuántas de ellas memorizaban en función del color. También midieron su capacidad de reconocer diferencias. Uno de ellos diseñó un sistema para encender una luz led en función del nivel de concentración. «La mayoría de las pruebas no dieron resultados concluyentes, pero esto es lo normal en ciencia y sirve para mejorar», comenta Sescousse.

Josep Marco, investigador que asistió a la presentación de los estudiantes en el Idibell, también considera que el proyecto es exitoso. «A veces, en ciencia nos centramos en aspectos muy pequeños y concretos, mientras que una persona desde fuera puede llegar a preguntas más generales», reflexiona.