«Hemos de dar algo a cambio a la sociedad»

SILVIA Y JUAN RAMÓN TIENEN A DOS NIÑOS EN ACOGIDA

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ROSA MARI SANZ

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Silvia y Juan Ramón no se consideran hechos de ninguna pasta especial. «Igual que a la sociedad le exigimos cosas, nosotros hemos de dar algo a cambio», razona esta pareja, que antes de ser padres ya había decidido que abrirían su hogar a otros niños. Ella trabajaba como educadora en el Raval y el tema le resultaba cercano y sensible. La primera vez que acogieron su hijo tenía tres años y compartió unos meses con un bebé que llegó a los 10 días de vida. Optaron por la acogida de urgencia, aunque, viendo que a su pequeño le dolió la despedida de aquel bebé con el que vivió unos meses, la pareja decidió seguir como familia de acogida pero para estancias más duraderas. Desde hace una década vive con ellos una adolescente de 14 años, y desde hace más de siete años, un niño que ahora tiene 10. «Para nosotros es una experiencia muy positiva y para el mayor son como sus hermanos», cuenta ella. «Al principio cuesta más porque no sabes la mochila que tienen detrás, qué rigidez has de tener. Es material muy sensible y el proceso de acoplamiento puede durar meses y años, hasta que vas conociendo al niño y vas asimilando sus experiencias. Luego es más redondo», continúa Juan Ramón. La pareja, como todo aquel que desee acoger, pasó por unos cursos de formación en el que, dicen, conocieron a muchos tipos de familias con motivaciones muy diferentes. Con algunos mantienen contacto e intercambian experiencias. «Es un proceso muy enriquecedor. Y lo más importante, sabes que siempre hay un profesional al que acudir. Con el hijo biológico no tienes a quien preguntar; con la acogida hay un equipo detrás. Es muy fácil y podemos preguntar por dónde tirar», sigue ella. «¿Miedo al adiós? En la vida no se han de dejar de hacer cosas por lo que pueda pasar. No se ha de temer lo que pase luego. Un hijo biológico también se irá de casa y tendrás un proceso de duelo. Si se va es porque ya es autónomo o vuelve con su familia biológica. Será un momento de satisfacción personal porque veremos que hemos cumplido», dice Juan Ramón. Porque, en definitiva, coincide esta entrañable pareja: «Nuestro trabajo es hacer de padre y madre y es el compromiso que hemos adquirido con estos niños. Como cualquier padre queremos hacerlo bien». Creu Roja da fe de que así es.