CIENTÍFICOS DE CHAMPIONS

Ariadna Laguna: «Para todo hay una explicación»

Estudia el párkinson en el Vall d’Hebron Institut de Recerca. Barcelona, 1980. Investiga, dice, para mejorar la vida de las personas.

NÚRIA MARRÓN

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Sus compañeros dicen de ella que es como una «hormiguita» que trabaja con constancia para hacer encajar las piezas del puzle. «Más que de grandes revelaciones, soy de pequeños hallazgos que generen nuevas preguntas para seguir trabajando al día siguiente -afirma-. Siempre pienso que debe haber una explicación para todo y que encontrarla es cuestión de ponerle ganas y dedicación». Así, a paso tranquilo pero implacable, va estrechando el cerco al Párkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente de la que se desconoce la causa y, de momento, también la cura. Lo hace tratando de descubrir por qué unas neuronas específicas del cerebro mueren y provocan la aparición de la enfermedad -lo que podría desarrollar nuevas terapias para prevenir o paralizar su progresión- e investigando la presencia de marcadores en la sangre que permitan lograr nuevos métodos de diagnóstico.

Los recortes y la falta de reconocimiento de la figura del investigador, dice, lastran los avances y provocan que el talento o se vaya o se acabe desperdiciando. «Yo quiero poder trabajar aquí para mantener la excelencia que siempre ha tenido la ciencia catalana y contribuir a la formación de los jóvenes. A pesar de los recortes abusivos, al igual que en los servicios públicos, que hemos sufrido, sigo queriendo criar aquí a mis hijos y creo que juntos podemos mejorar nuestro futuro».