EFECTOS SOCIALES DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

La mitad de los jóvenes españoles, enganchados a la red

La dependencia de internet y de las redes sociales se ceba con los jóvenes.

La dependencia de internet y de las redes sociales se ceba con los jóvenes.

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Muchos padres están convencidos de que sus hijos pasan demasiadas horas conectados a internet. No es necesario llevar a cabo ningún estudio para certificarlo. Es un comentario habitual entre los progenitores. Lo chocante es que, pese a los conflictos que esta cuestión genera en las relaciones familiares, casi la mitad de los jóvenes admiten que los mayores tienen en esto toda la razón. El 46,3% reconocen que en algún momento han sentido dependencia y ello les ha provocado la necesidad de desconectarse. Y una porción más pequeña, pero no despreciable, un 7,9%, admiten sin ambages que están enganchados a internet como podrían estarlo con cualquier otra drogadicción.

Los datos proceden de una nueva investigación llevada a cabo por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado creado por la FAD (Fundación de Ayuda a la Drogadicción), que esta vez se ha centrado en los jóvenes de 16 a 20 años. Son la generación que nació con internet en casa y que ha vivido desde la pubertad la explosicón de las redes sociales. El estudio, denominado Jóvenes en la red: un selfie, es eso, un autoretrato en el que 800 jóvenes describen cual es su relación con el mundo virtual.

NI INGENUOS, NI IGNORANTES

Casi ninguno de ellos concibe su vida sin los recursos que les ofrece la web, pero no son «ni ingenuos, ni ignorantes, disponen de la información necesaria sobre los riesgos que comporta» la navegación pero los asumen «porque aprecian más sus ventajas», según el director técnico de la FAD, Eusebio Mejías. Una de sus desventajas es precisamente que «enganchan» y «hacen que dejes de hacer otras cosas divertidas o necesarias», que te «quedes aislado» o «provocan que las personas se acomoden y sean más perezosas».

La percepción de lo que les ocurre a sus compañeros también es reveladora. Ese porcentaje que ronda el 8% de enganchados confesos se transforma en un 41% cuando a los jóvenes se les pregunta si ven a sus amigos bastante o muy dependientes de las redes. Es un comportamiento muy similar al observado con los conductores cuando se les pregunta si sus actitudes al volante son prudentes y cómo ven a los demás. El resto siempre lo hace peor.

La dimensión del fenómeno es cuantitativamente importante. Solo en la franja de edad escogida por el estudio, trasladando los porcentajes a términos absolutos, unos 170.000 adolescentes estarían enganchados a internet mientras que más de un millón habrían sentido en alguna ocasión esa sensación. En cuando al tiempo que pasan navegando, el 65% llega a considerarlo «algo excesivo» o «claramente excesivo». Está claro que la gran mayoría creen que pasan más tiempo del que necesitan frente a las pantallas.

MÁS CIBERACOSO DEL QUE SE CREE

La coicidencia de los jóvenes con la opinión de sus padres no se queda en el excesivo tiempo dedicado a la red. En la percepción del riesgo más grave, el ciberacoso, 6 de cada 10 encuestados creen que es incluso «más frecuente de lo que se cree». Su frecuencia sería muy alta a juzgar por las respuestas obtenidas. El 58% considera que el ciberbulling o acoso entre compañeros se da con bastante o mucha frecuencia, un 54% tiene la misma opinión del envío de imágenes privadas y comprometidas y un 41%, del acoso de adultos a menores. No superan, en cambio, el 22% los jóvenes convencidos de que estas situaciones se dan poca frecuencia. El director técnico de la FAD recordó que los actuales estudios sobre el ciberacoso dibujan un ámbito más reducido que quizás habría que revisar.

Los jóvenes saben perfectamente también que la redes facilitan la mentira y el engaño. En una escala de 1 a 10, la frase «las personas mienten más que cara a cara» obtiene una puntuación de 7,42. También aprueban de sobra afirmaciones como las siguientes: «te engañan muchas veces»(6,75), «resulta inevitable que personas desconocidas sepan cosas de ti» (6,87), «te sientes más controlado» (6,6), «las relaciones son más pobres, más limitadas, que las que se tienen cara a cara» (6,67).

Frente a estas desventajas, los jóvenes aprecian igualmenge ventajas, como «la mayor facilidad de comunicación» (7,51), la constatación de que «ayudan a ligar» (6,31) o el que «facilitan oportunidades laborales» (5,96) y de ocio (6,06). «Las redes son sobre todo para las personas de esta franja de edad un magnífico vehículo para crear y consolidar relaciones, aunque sea sobre diferentes modos de comunicación, con normas diferentes a las que conocíamos», según Eusebio Megías.

Una pauta que se repite a lo largo de todas las respuestas es la diferencia entre las opiniones de chicos y chicas. Su percepción de los riesgos es más alta por parte de ellas y también son más críticas respecto al exceso de dedicación y al enganche. Una diferencia que el director técnico atribuye a que las mujeres se sienten en mayor grado víctimas potenciales de acoso porque lo sufren con más frecuencia, pero no solo a esto. También se debería a una diferente escala de valores en la que la prudencia, por ejemplo, juega un papel más importante entre las chicas.