ENTREVISTA

«Si pudieran votar los 23.000 paquistanís, saldría progresista»

Nació en Jhelum, Pakistán, en 1966. Vivió en Lisboa, Londres y Dublín. Trabajaba en un crucero que atracó en Barcelona y se quedó. Lídera la Asociación Camino de la Paz, centro islámico creado en el Raval en 1996. Tiene 2.200 socios. Está casado y tiene cuatro hijos

Mohamed Iqbal. Líder de la comunidad paquistaní

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NÚRIA NAVARRO / BARCELONA

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Es una autoridad respetada entre los paquistanís del Raval. Sus opiniones influyen y mucho. A cambio, su vida es un no parar de cumplir compromisos y zanjar problemas colectivos a una velocidad que dejaría fuera de combate al más diligente. Parte de ellos los lleva Iqbal al mostrador del consistorio. Sabe de la importancia del inquilino del ayuntamiento.

-¿La comunidad paquistaní se siente cómoda en esta Barcelona?

-Se siente como en casa. Si no estaríamos en Madrid, Fráncfort o Londres. A cambio, nuestra contribución a la ciudad es enorme.

-La pega es que solo 3.000 de los 23.000 paquistanís podrán votar.-En la última etapa de Zapatero se aprobaron convenios de reciprocidad, que permiten votar a ciudadanos con residencia permanente. Y Pakistán no respondió a la primera apelación. Pero estamos trabajando en ello.

-Mientras, ¿de qué manera participan en la vida pública?

-Mi empeño es que cada paquistaní participe en el foro que pueda. En asociaciones de vecinos, en ampas, afiliándose a partidos. Participar de abajo arriba es lo más efectivo.

-Pero si los 23.000 depositaran su papeleta en la urna, ¿qué saldría?

-Progresista, francamente.

-¿Progresista del PSC?

-No estamos vendidos a ningún partido. Fue llamativo el revuelo que se armó en las primarias del PSC, cuando solo votaron mil paquistanís. El PSC siempre ha alzado la voz en favor de la igualdad, pero no olvidemos que CiU estaba presente cuando se firmó el pacto de inmigración. De hecho, con Xavier Trias tengo buena relación, porque cuando estaba en la oposición, en la época de Hereu, hizo un gesto de señores.

-¿Puede contar el gesto?

-Pasábamos unos momentos duros por las detenciones del Raval y fue el único que llamó el mismo día para interesarse. Al siguiente, me quejé a la alcaldía de su silencio. Un acto de una o 10 personas no puede estigmatizar a todo un colectivo.

-Esta vez, pues, nadie dirá que ha habido consigna de voto. 

-Como líder de la comunidad -y no el único- puedo convencer a muchos, pero eso no me convendría. Todos los concejales pisan el Raval muchas veces a las semana. Mi única consigna es que los que puedan votar, voten. A quien quieran, pero que voten.

-Huma Jamshed, paquistaní, está en las filas de Barcelona en Comú.

-No está en la lista como representante de la comunidad. Ella tiene su forma de trabajar y nosotros, la nuestra. Que haya un inmigrante en la gestión municipal sería un paso adelante. Ojalá pudiera salir como concejala. Aunque poca probabilidad hay, porque la tienen en la lista como pieza de escaparate.

-La izquierda independentista tampoco les tienta.

-Tengo amistad con gente de ERC y comprendo sus aspiraciones, pero soy muy realista. En el actual contexto es muy difícil lograr la independencia. Aquí siempre se han conseguido cosas pactando. Además, al adquirir la nacionalidad, yo hice un juramento de lealtad a la Constitución y al Rey.

-Haga su carta al rey (municipal).-Como ciudadano -porque el elegido será el alcalde de todos- pido que aumente las ayudas sociales, luche contra el fracaso escolar, proporcionando más refuerzos en las escuelas del Raval, y combata la precariedad de la vivienda. Sería bueno un control del precio de los inmuebles en el barrio. Por un piso de 45 metros cuadrados están pidiendo 800 euros.

-¿Viven el aumento como una invitación a cambiar de aires?

-Conozco a propietarios del barrio que han vaciado sus edificios con la intención de hacer apartamentos turísticos. Pero los políticos deberían saber que el suflé del turismo bajará cuando acabe la inseguridad en Oriente Próximo.

-Oiga, ¿y no tienen aspiraciones como comunidad?

-Sí. Los vivos quieren tener un símbolo y los muertos deben poder ser enterrados.

-¿Qué símbolo quieren los vivos?

-La mezquita, una prioridad para toda la comunidad musulmana. Diplomáticos, autoridades espirituales e incluso turistas la reclaman. No tenerla es un atraso cultural para esta ciudad que se tiene por cultural. Y necesitamos un cementerio donde enterrar a los nuestros, porque repatriar un cadáver a Pakistán nos cuesta más de 4.500 euros.

-Sus jóvenes también se quejan de que les piden continuamente los papeles en las calles.

-No pongo en cuestión el poder que tiene una autoridad de la Guardia Urbana sobre un civil, pero existe discriminación. Los uniformados señalan que hay jóvenes relacionados con estupefacientes, bebidas alcohólicas o venta de latas, y si es así, su deber es sancionar. Pero si no es así y les paran, eso nos lleva a un fracaso, porque no se sienten ciudadanos de primera, o se sienten perseguidos.

-Los registros a causa del yihadismo añaden tensión.-La desconfianza es más elevada desde el 11-S. Pero mi comunidad debe sentir que la justicia existe. Yo le pediría al alcalde que fomentara más la cultura de la tolerancia.

-Una más y no se ofenda. ¿Seguro que Collboni no le ha ofrecido nada?

-Lo que me pudiera ofrecer me quedaría pequeño. Yo quiero ser diputado en el Congreso, no concejal. Ahora en serio, hay que huir de los amiguismos en los partidos y aplicar la democracia real. Las primarias del PSC fueron un intento.