Nueve de cada diez personas con celiaquía ignoran que la sufren

Laia Villegas busca productos aptos para celíacos en una tienda especializada.

Laia Villegas busca productos aptos para celíacos en una tienda especializada. / periodico

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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Quien sabe que sufre intolerancia al gluten de cereal y evita por completo los alimentos que contienen trigo, avena, centeno, espelta o cebada puede mantener una vida confortable y con buena salud. El único tratamiento de esas personas, afectadas por celiaquía, consiste en evitar los cereales que los enferman aunque no les causen aparentes molestias. Haya o no síntomas que identifiquen la celiaquía, la intolerancia al gluten no deja de destruir la vellosidad interna del intestino, lo que tiene consecuencias de gravedad creciente si el afectado no deja de consumir los citados cereales.

Así ocurre a nueve de cada diez enfermos, calcula la Conselleria de Salut. De las 70.000 personas que, según prospecciones europeas, sufren celiaquía en Catalunya, apenas 7.000 han sido diagnosticadas. El resto no lo sabe. Esta desproporción motivó que la Associació Celíacs de Catalunya (ACC) solicitara el apoyo del Parlament, petición de la que surge el plan emprendido por Salut en los centros de asistencia primaria (CAP), dirigido a detectar a la poblacón celiaca no diagnosticada.

La Agència de Salut Pública de Catalunya distribuirá de inmediato a los médicos de familia una guía diagnóstica con la que podrán identificar la existencia de una celiaquía cuando un paciente les relate síntomas difusos de difícil adscripción. Estreñimiento, diarrea, fatiga o dolor de cabeza pueden ser signos de una celiaquía oculta en una persona adulta. En un niño, un detalle significativo es su escaso crecimiento, la dificultad para ganar peso y la inapetencia de participar en juegos.

«Aunque sufras celiaquía puedes vivir feliz, porque encuentras en cualquier supermercado todo tipo de alimentos sin gluten -afirma Olga Cuesta, presidenta de ACC-. El problema empieza cuando sales de casa: yo siempre voy con la fiambrera de mi comida en el bolso». Apenas el 3% de los restaurantes de Barcelona ofrecen menús sin gluten, que sean «fiables», asegura.

El objetivo de Salut es unificar los criterios con que los médicos diagnostican una celiaquía. «Una vez el médico de familia, o el pediatra, sospecha que su paciente es celiaco, debe solicitar un análisis de sangre que determine si tiene los anticuerpos de la enfermedad y, si es así, una biopsia intestinal que eliminará las dudas», explica Carme Cabezas, subdirectora de Promoció de la Salut.

La persona celiaca debe ser informada de la importancia de evitar los alimentos que contienen gluten, tanto en casa como en la escuela, en los restaurantes o en la fiesta de cumpleaños de un amiguito, una celebración en la que es casi imposible dar con un alimento apto para celiacos. El primer problema con que choca un recién diagnosticado es el precio de los alimentos elaborados sin gluten: macarrones, pasta de sopa, pan, galletas, madalenas o bizcochos para celíacos cuestan «hasta un 300%» más que los que contienen gluten, asegura Cuesta. «Un paquete de pan de molde hecho con harina de trigo cuesta un euro; el que no contiene gluten, 4 euros», afirma.

El pan de trigo normal, con gluten, está consdierado un alimento básico y como tal está gravado con un IVA del 4%. Los panes y la pasta italiana sin gluten cargan con un 10% de IVA. «Desde el punto de vista de la salud, los productos sin gluten de consumo habitual deberían ser considerados alimentos básicos, y estar gravados con el IVA superreducido del 4%», indica Cabezas.

Otro detalle que complica la vida de los celiacos es su dificultad para comer con tranquiliad un plato de verdura o un pescado en salsa en un restaurante que teóricamente cocina sin gluten. Si el plato contiene trazas de harina o algún espesante con gluten, sufrirán una crisis.