España va al test PISA anclada en la mediocridad educativa

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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El estancamiento en que lleva instalado desde hace como mínimo tres lustros el sistema educativo español (con indicadores bastante mediocres, por cierto) es uno de los argumentos que esgrimen los defensores de las pruebas de evaluación y los tests de competencias. Hay que saber qué pasa para poder corregirlo, sostienen. Lo que no dicen los valedores de estos exámenes es que el gran riesgo de este tipo de pruebas es que muchas veces los profesores acaban cayendo en el método conocido como Teach for Test (enseñar para el examen), con lo que se descuidan otros aspectos importantes de la formación de los alumnos.

De los más de 60 países que analiza desde el año 2000 la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económica (OCDE), a través su informe PISA, en torno a 40 han mejorado resultados en todos estos años. Pero no España. A diferencia de países como Alemania, Japón, Polonia o Corea, que tras una primera edición de PISA (en la que quedaron bastante mal parados) en seguida adoptaron medidas para garantizar el éxito escolar de sus estudiantes, en España los intentos que se han hecho durante este tiempo han tenido escaso impacto.

En Alemania, por ejemplo, se optó por ampliar el horario de apertura de las escuelas para que los escolares con menos recursos pudieran realizar actividades extraescolares en el mismo centro educativo.

También han introducido cambios en los últimos años países que desde el principio fueron punteros, como Suecia y Finlandia, pero que en los últimos PISA han experimentado cierto empeoramiento de resultados (aunque en ambos casos siguen manteniéndose en cabeza del ránking). En el caso finlandés, el Gobierno de ese país trabaja en una reforma que pasa por transformar la enseñanza por asignaturas en enseñanza por situaciones prácticas.

PRUEBA EN MARCHA

Ni la reforma finlandesa, ni tampoco la española se notarán todavía en la próxima evaluación de PISA, cuyo resultado se conocerá a finales del 2016 y que están realizando estos días 550.000 estudiantes de 15 años de todo el mundo. En Catalunya, los tests empezarán previsiblemente a partir de la semana próxima después de que fueran aplazadas por contratiempos organizativos.

En el resto de España, las pruebas, a las que someterán unos 1.000 centros educativos y 40.000 alumnos, se iniciaron ya el 20 de abril en varias comunidades autónomas. La novedad de este año son las preguntas relativas a la resolución de problemas colaborativos, lo que supone dar un paso adelante en las pruebas de competencias. Todos los exámenes (lectura, matemáticas, ciencias y resolución de problemas colaborativos) de esta macroevaluación se desarrollan íntegramente por ordenador. La prueba de Ciencias, área que en esta edición se analiza con mayor profundidad, además de ser por ordenador, será interactiva con menús desplegables, simulaciones y pequeños vídeos, ha explicado el Ministerio de Educación.