Hallada una mandíbula y un húmero de un niño neandertal en Sitges

Los fósiles, que tienen 55.000 años, son los más importantes de la especie que se encuentran en Catalunya en las últimas décadas

La mandíbula y el húmero de un niño neandertal de unos cinco años hallados en el yacimiento de la cueva del Gegant de Sitges.

La mandíbula y el húmero de un niño neandertal de unos cinco años hallados en el yacimiento de la cueva del Gegant de Sitges. / periodico

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Un equipo coordinado por la Universitat de Barcelona (UB) ha localizado en la cueva del Gegant de Sitges -una cavidad de unos 20 metros de profundidad situada en un acantilado sobre el mar- una mandíbula y un fragmento de húmero de un niño neandertal con una antigüedad de unos 55.000 años. Se trata de los restos más importantes de neandertal encontrados en Catalunya en las últimas décadas.

En la misma cueva se había descubierto en los años 50 del pasado siglo la mandíbula de un neandertal adulto de una época coetánea, o un poco más reciente, pero los detalles del hallazgo nunca trascendieron e incluso pudo tratarse de un golpe de suerte. De hecho, la pieza, descubierta por el párraco Santiago Casanova, permaneció guardada en un baúl del Archivo de Sitges sin que nadie recabara en su importancia hasta fechas recientes.

Los nuevos restos "son los primeros huesos de neandertal hallados en una excavación en Catalunya realizada con medios modernos", resume Montserrat Sanz, investigadora de la UB que coordina las excavaciones junto a Joan Daura y Josep M. Fullola. Los dos fósiles, que se han podido datar con dos sistemas diferentes (uranio-torio y luminiscencia), aparecieron junto a diversas herramientas de sílex de talla musteriense -atribuida a neandertales-, huesos de animales y evidencias de hogueras.

Los detalles del estudio se han publicado en la revista especializada Journal of Human Evolution.

Un análisis por tomografía computerizada ha permitido descubrir que la mandíbula no solo tiene los dos dientes que se observan fácilmente, sino otros dos ocultos, probablemente para sustituir a los de leche, lo que ha permitido inferior que el individuo tenía unos cinco años en el momento de morir. El análisis también ha concluido que se trata de fósiles inequívocamente neandertales debido a la robustez de los huesos y a la morfología del llamado agujero mentoniano, que permite el paso del nervio y los vasos sanguíneos hasta los premolares.

El paisaje de hace 50.000 años

Actualmente, para llegar a la cueva del Gegant es necesario descolgarse con cuerdas desde lo alto del acantilado, pero hace 50.000 años, cuando las aguas del Mediterráneo se encontraban a siete kilómetros de distancia, era un accesible refugio donde guarecerse del frío en una región con pocos árboles y abundancia de caballos y otras potenciales presas. Posiblemente la emplearon tanto hienas como neandertales en la misma época, pero de forma alternativa. Los humanos anatómicamente modernos no empezaron a colonizar Europa hasta 10.000 o incluso 20.000 años después, recuerda Fullola.

Los investigadores no han podido determinar cómo llegaron los dos huesos a la cavidad, y más concretamente al lóbrego fondo, pero sí ofrecen varias hipótesis: una posibilidad es que una hiena hubiera matado al niño y lo hubiera transportado para devorarlo con tranquilidad, aunque los huesos no muestran dentelladas. También puede pensarse que el niño fue llevado a la cueva por sus congéneres para ser enterrado. Y lo más simple, que a menudo es lo que más se acerca a la realidad, es que el niño falleció allí mismo y fue abandonado.

Pasado y futuro

Al margen de la mandíbula, en la misma cueva se habían encontrado con anterioridad dos dientes de dos individuos jóvenes, un hecho excepcional habida cuenta los escasos fósiles de neandertales localizados hasta ahora en Catalunya. En otros muchos lugares de España y Portugal se han encontrado restos atribuidos a la misma especie, pero en Catalunya, como recuerda Fullola, solo se contaba con la mandíbula de Banyoles -de adscripción neandertal muy discutida- y un diente en la cueva de Mollet, en Serinyà.

Todo ello realza el valor de la cueva de Sitges, considera Daura. "Todavía quedan por excavar unos seis metros cuadrados con un grosor de unos 75 centímetros en este nivel de la cueva", concluye.

En el estudio también han participado los investigadores João Zilhão, también de la UB; Juan Luis Arsuaga, de la Universidad Complutense de Madrid, e investigadores de las universidades de Lisboa, Burgos, Binghamton (EEUU), Bristol (Reino Unido) y del Museo de Historia Natural de Nueva York.

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