POLÉMICA CELEBRACIÓN JUVENIL

Saloufest de infarto

Grupo de chicas de marcha nocturna por Salou.

Grupo de chicas de marcha nocturna por Salou.

RAFAEL MORALES / SALOU

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Saloufest está celebrando este año su 15ª edición en la capital turística de la Costa Daurada, pero lleva al menos cinco en los que la presencia de miles de universitarios británicos en Salou se ha convertido en una ruleta rusa para los organizadores y para el gobierno municipal. Desde que en el 2010 I love Tour promocionó la cita festivo-deportiva como la cumbre de «sexo y alcohol», el Saloufest es una bomba de relojería sin horario fijo. Nadie respira tranquilo hasta que se van. El pasado jueves se marchó el primer grupo (4.600 estudiantes) de este año, pero el próximo martes llega una nueva remesa de 4.300 que pagarán unos 330 euros por el viaje y la estancia. Y la siguiente semana, otros 600.

El ayuntamiento y los organizadores han intentado con campañas y vigilancia paliar la imagen negativa, pero la sorpresa surge en cualquier momento. La novedad de este año es que, a las primeras de cambio, ha cambiado la postura del gobierno municipal de Pere Granados, de la formación municipalista Fups, aunque es alcalde bajo las siglas de CiU.

A pesar de las imágenes de jóvenes borrachos, casi desnudos y orinando en la calle, Granados y su equipo siempre han defendido que no perjudicaban al sello de turismo familiar que tienen desde el 2002. También destacan que genera unos cinco millones de euros y supone una buena inyección económica para el sector turístico.

Después la investigación que iniciaron los Mossos d'Esquadra por el intento de suicidio de una joven británica de 21 años la noche del miércoles, el ayuntamiento ha cambiado su discurso. En un comunicado informó de que había denunciado a la Generalitat de una posible sobreocupación de los hoteles y requería a hoteleros y organizadores que si incumplen la normativa «dejen de perjudicar la buena imagen turística del municipio y cesen en el uso de la marca Salou».

Nunca antes se había dado una postura municipal en este sentido, a pesar del escándalo del 2010 y de que en la siguiente edición una joven presentó una denuncia por violación, que finalmente resultó ser falsa. O a pesar de que en el 2013 un joven ebrio sufrió graves heridas al caer cuando intentaba escalar por los balcones del hotel hasta su habitación porque, al parecer, había olvidado la llave.

Un portavoz municipal insistió en el 2013 en señalar que el Saloufest es positivo y «no provoca ninguna distorsión del modelo turístico familiar de Salou». No tuvo en cuenta que en el 2010 el entonces 'conseller' de Innovació, Universitats y Empresa, Josep Huguet (ERC), amenazó con retirar el sello de turismo de calidad.

El año pasado la convocatoria pasó prácticamente desapercibida, pero esta vez saltó la alarma desde el principio. El domingo llegó la ruidosa primera hornada de 4.600 universitarios de 18 a 25 años. Tras un viaje en autocar de más de 24 horas, ocuparon cinco hoteles del centro de Salou y de inmediato iniciaron la fiesta en la que se disfrazan y van en grupos por la calle, practican algún deporte y, sobre todo, beben alcohol.

BOTELLÓN EN REUS

La realidad es que muchos de ellos, tras la resaca nocturna, al día siguiente siguen consumiendo alcohol y son incapaces de practicar deporte alguno. Por eso el lunes pasado el césped del campo de fútbol donde el Reus disputa la Liga de Segunda B parecía una zona de botellón con todo tipo de desperdicios por el suelo. Algunos jugaron a 'lacrosse'pero la mayoría permaneció tumbado al sol y uno incluso se paseó totalmente desnudo.

El Ayuntamiento de Reus, reaccionó con rapidez y prohibió que siguieran utilizando el campo de fútbol, aunque no las instalaciones anexas. La noche del miércoles se produjo el intento de suicidio de la joven que está ingresada en estado crítico en un hospital de Barcelona. Y el Ayuntamiento de Salou denunció una posible práctica irregular de los hoteles del Saloufest por alojar a más personas de las permitidas por habitaciones.

Pero la ruleta rusa sigue... y quedan 4.900 jóvenes por llegar.