FIN DE MANDATO

Salvador Esteve se despide de la Diputación de BCN y la política

El alcalde de Martorell subraya el efecto de la crisis y elogia el municipalismo

Salvador Esteve, ayer en el complejo industrial de la Escola Industrial.

Salvador Esteve, ayer en el complejo industrial de la Escola Industrial.

TONI SUST / BARCELONA

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Salvador Esteve hizo lo que pudo para no emocionarse ayer al hacer balance de su mandato como presidente de la Diputación de Barcelona, cargo en el que ha estado desde el 2011. Esteve abandonará la política después de las elecciones municipales del 24 de mayo, y cierra así un periodo de 35 años ligado a la vida del consistorio de Martorell (Baix Llobregat), primero como concejal y desde 1987 como alcalde, condición que mantuvo hasta el 2003, cuando perdió la vara de alcalde en las urnas. La volvió a recuperar en el 2007 y ahora no se volverá a presentar. También fue diputado en el Parlament casi una década, entre 1992 y el 2003.

Esteve dedicó gran parte de su discurso de despedida a analizar y citar actuaciones de la Diputación de Barcelona desde el 2011, un periodo marcado por los efectos de la crisis económica, así como del hilo invisible que une a la institución con la histórica Mancomunitat, de cuya creación se celebró el año pasado su centenario.

Esteve fue desgranando aportaciones de la Diputación a los ayuntamientos en distintos ámbitos, de los que recordó que en los últimos años se han topado con dificultades económicas sin precedentes. El convergente elogió el mundo del municipalismo como espacio de formación de gestores públicos: «La escuela del municipalismo es la cantera de la mejor y verdadera política, la de servir a la ciudadanía y contribuir a su bienestar».

El todavía presidente de la Diputación subrayó que la institución ha invertido más de 1.000 millones de euros en estos cuatro años, en los que por primera vez ha contado con un miembro de CiU como presidente. Hasta ahora, y desde la restauración de la democracia, todos los presidentes que la Diputación de Barcelona tuvo después de Josep Tarradellas (que ocupó el cargo de 1977 a 1980) fueron socialistas, de Francesc Martí Jusmet (1980-1982) a Joan Fogué (2008-2011).

Salvador Esteve fue en algún momento el alcalde preferido por Jordi Pujol cuando el expresidente de la Generalitat era todavía un tótem respetado y activo en CiU. Es de recordar una invectiva de Pujol en favor de Esteve en un acto de partido en el que el jefe elogiaba, en el 2008, cómo Esteve había recuperado un año antes la alcaldía que había perdido en el 2003: ««Él, su mujer, sus hijos y su gente fueron de casa en casa durante cuatro años. Las elecciones se pueden ganar con mil cosas, internet... Pero se ganan a base de trabajar mucho».

Esteve se mostró ayer convencido de que quien le reemplace como presidente de la Diputación de Barcelona -las urnas decidirán- trabajará en aras del consenso.