DECISIÓN DEL EJECUTIVO CATALÁN

La Generalitat veta la visita a un preso en huelga de hambre

La Coordinadora para la Prevención de la Tortura quería ver a José Antúnez

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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La dirección general de Serveis Penitenciaris ha impedido la visita de dos representantes de la Coordinadora para la Prevención de la Tortura a José Antúnez Becerra, un preso en huelga de hambre que cumple condena en la cárcel de Can Brians II, en Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat). De hecho, Antúnez lleva una vida cumpliendo condena: cerca de 40 años desde que, de adolescente, empezó a delinquir y a los 17 ingresó por primera vez en la cárcel Modelo. Los representantes de la coordinadora que iban a visitarlo son Iñaki Riveira y Jorge del Cura. La coordinadora subrayó además que Riveira, director del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la UB, tiene vetada la comunicación con cualquier persona presa en Catalunya.

ESTADO DE SALUD FRÁGIL

Antúnez, que ya hizo huelgas de hambre en el pasado, empezó otra en enero para reclamar la concesión de un permiso, que le fue negado por su presunta peligrosidad, a raíz de su participación en un motín en la prisión de Quatre Camins hace una década. La Coordinadora para la Prevención de la Tortura emitió ayer un comunicado en el que muestra su preocupación por el estado de salud del reo, del que sostiene que ha empeporado ostensiblemente «en los últimos días».

El grupo informó de lo sucedido al relator de Naciones Unidas para cuestiones de tortura, Juan Méndez, así como al secreetariado del Comité Europeo contra la Tortura. La coordinadora presentó protestas ante la propia dirección general de Serveis Penitenciaris, el Síndic de Greuges y el juzgado de vigilancia penitenciaria número 4 de Barcelona.

En su comunicado, la coordinadora advierte de que la decisión supone «una represalia impropia de un Estado democrático y de derecho» para con personas que combaten la tortura.

Antúnez cumple actualmente una pena de 29 años de cárcel y alega en su defensa carecer de delitos de sangre: de una familia humilde pasó a una carrera de atracador de bancos con largas pausas entre rejas. Tanto él como su abogada insisten en que cumple los requisitos para reclamar un permiso: ha cumplicado más de un cuarto de la pena.

Antúnez sigue pendiente de realizar el programa de tratamiento en el que se incluye una terapia sobre alcoholismo y otra sobre conductas violentas. El preso se comprometió el 24 de agosto del 2014 a hacerlo, pero no se le incluyó en el programa. Eso supone, según su defensa, retrasar la obtención del permiso por causas ajenas al preso.

La última condena que recibió fue por su participación en el motín del 2004 en Quatre Camins: 18 años y ocho meses de prisión.