TRÁFICO DE NIÑOS EN ESPAÑA

El padre adoptivo del 'caso Dexeus' se llevó al bebé sin documentación

JESUS G. ALBALAT / VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Cuatro de los cinco imputados por el presunto robo de un bebé en 1987 en la Clínica Dexeus de Barcelona, entre ellos el padre adoptivo, Jordi Estivill, y la ginecóloga que atendió el partoVictoria López-Rodó, defendieron ayer ante el juez instructor que la niña fue dada en adopción de forma legal. Sin embargo, Estivill modificó su primera versión sobre el suceso. En una carta había explicado que se llevó a la niña del centro sanitario el mismo día del parto, pero ayer indicó que pudo ser dos días después.

Fuentes judiciales aseguraron a este diario, sin embargo, que lo más relevante de su interrogatorio es que el padre adoptivo de Marina Estivill reconoció que se había llevado al bebé de la clínica Dexeus sin que se le dieran ningún documento. La Audiencia de Barcelona ordenó el pasado enero que se reabriera el caso y que se citara a los acusados.

Cuando los imputados comparecieron ante la policía a principios del 2014, Estivill se acogió a su derecho a no declarar. Ayer sí declaró en el juzgado, asistido de un abogado y en calidad de imputado. Fuentes conocedoras de la declaración aseguraron que el padre adoptivo afirmó que no era consciente de haber cometido ninguna ilegalidad en la adopción de Marina y que desconocía si la madre biológica y denunciante, Alfonsa Reinoso, que entonces tenía 15 años y estaba bajo el amparo del Tribunal Tutelar de Menores, había cedido a su hija voluntariamente o no.

LOS GASTOS

Estivill detalló que él y la que entonces era su mujer, Cristina Rimbau, de la que está separado, se hicieron cargo de los gastos de la clínica y de los abogados que gestionaron el asunto. La carta que redactó explicando la adopción, dijo ayer, la hizo porque se lo pidió su hija adoptiva, Marina, pero sin intención de denunciar a nadie.

La ginecóloga Victoria López-Rodó, ahora jubilada, no varió demasiado la declaración que, en su día, hizo ante la policía. Insistió en que actuó como facultativa y que en ningún momento participó en los trámites de adopción. Esta médica reconoció, eso sí, que supo que el bebé iba a ser dado en adopción porque en la historia clínica figuraba la palabra «adopción», que quizá la plasmó la enfermera, que era la que procedía a la apertura de los expedientes. Precisó que no vio ningún documento relativo a la cesión de la recién nacida, ya que esos papeles no forman parte del expediente médico ni son de su competencia. Sobre el certificado de nacimiento, en el que no aparece la identidad de la madre, relató que era la formula que se usaba para garantizar el anonimato de la madre. Y negó que hubiera dicho a la madre que el varón (era una niña) había nacido muerto, contra lo que sostiene Alfonsa.

OCULTAR A LA MADRE

Fuentes jurídicas aseguraron que López-Rodó reconoció ante el juez que no preguntó a Alfonsa si quería dar en adopción al bebé (lo justificó diciendo que ya lo sabía por el expediente clínico) ni si daba el consentimiento para ocultar su nombre en la partida de nacimiento. La acusación y fuentes médicas aseguran que debería haberlo hecho preceptivamente.

El juez también interrogó como imputada a Mercedes Porrera, que en 1987 dirigía el centro Casa de la Jove, donde Alfonsa pasó la última fase de la gestación. Declaró que una tarde se personó una señora que se identificó como abogada (Teresa Cervello, ya fallecida, esposa de Ignasi de Gispert), acompañada la adolescente Alfonsa, embarazada. La letrada, según su versión, le comentó que la chica tenía la intención de dar el bebé en adopción. En su declaración policial, ratificada ayer, Porrera explicó que Cervelló le comentó que era la cuñada de Núria de Gispert (entonces alto cargo de la Conselleria de Justícia, luego 'consellera' y hoy presidenta del Parlament), que había colaborado con el centro de acogida.

El abogado y también imputado Ignasi de Gispert (hermano de Núria) declaró que conocía al matrimonio Estivill Rimbau. En uno de sus encuentros, agregó, surgió el tema de la adopción (él tenía dos hijos adoptados) y que les animó a ello. Las gestiones y trámites, alegó De Gispert, las hizo su esposa, Teresa Cervelló. La quinta imputada, Cristina Rimbau, declarará el viernes, al igual que Alfonsa Reinoso y su hija, Marina, y otros testigos.