TRÁFICO DE NIÑOS EN ESPAÑA

Un luto de 26 años

Alfonsa relató ante la policía los detalles de la presunta trama que conspiró para arrebatarle la niña que dio a luz en la Clínica Dexeus

Denunciante 8Alfonsa Reinoso, al acudir a declarar ante la policía, en Barcelona, el año pasado.

Denunciante 8Alfonsa Reinoso, al acudir a declarar ante la policía, en Barcelona, el año pasado.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / JESÚS G. ALBALAT / BARCELONA

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Veintiséis años sumida en un falso luto. Esa conclusión trasladó Alfonsa Reinoso a los agentes de la Policía Nacional ante los que prestó declaración sobre el presunto robo del bebé que dio a luz en la Clínica Dexeus en 1987. Una niña que conoció hecha ya una mujer en mayo del 2013, cuando Marina Estivill pidió conocer a su madre biológica. En ese encuentro se borró de un plumazo el convencimiento de Alfonsa de que lo que alumbró «era un varón y había nacido muerto», como sostiene que le dijo Victoria López-Rodó, la neonatóloga que le atendió al final del embarazo.

La querellante detalló la situación de vulnerabilidad al quedarse encinta, con 14 años, en el seno de una «familia desestructurada», con padre alcohólico y madre prostituta. Ese entorno llevó al Tribunal Tutelar de Menores a asumir su amparo e ingresarla en la residencia maternal Santa Eulàlia. Allí estuvo casi dos meses antes del traslado a la Casa de la Jove, donde, según se le dijo, estaría mejor atendida, «cerca de la clínica», ya que el bebé tenía problemas de crecimiento y precisaba atención «exhaustiva».

Alfonsa apuntó a la ya fallecida Teresa Cervelló -esposa de Ignasi de Gispert, uno de los cinco imputados- como la mujer que le acompañó en el traslado, pese a que, según dijo, se identificó como Montserrat. Allí fue recibida por la entonces directora, Mercedes Porrera, a quien distinguió en comisaría por fotos «sin ninguna duda». Tampoco vaciló al reconocer a Cristina Rimbau, la madre adoptiva, de quien dijo que se presentó como asistente social y le acompañó a alguna visita médica.

La denunciante relató su sorpresa al encontrar a su cuñado Jordi Beltrán en el taxi que le llevó al hospital para ingresar para el parto, y recordó que Porrera le tranquilizó diciéndole que ella iría más tarde. En el trayecto se tomó las dos pastillas que Porrera le facilitó y sostiene que no recuerda nada hasta después del parto, cuando despierta en su habitación y López-Rodó le advierte de que «la cosa había ido mal»: el bebé tenía muy poco peso y falleció.

La denunciante declaró que nunca recibió propuestas para ceder su bebé en adopción, ni manifestó su voluntad de ocultar su identidad. Tras el parto, su actual cónyuge, Manuel de los Riscos, la acogió en su domicilio, y formalizó su custodia en dependencias judiciales al estar vigente la medida de protección de la justicia.

Búsqueda

Esas eran las últimas referencias de Alfonsa sobre el parto hasta que en mayo del 2013, Benestar Social i Família le informó de que 26 años atrás dio a luz a un bebé, de sexo femenino, que había sobrevivido y ahora quería conocerle. La madre biológica accedió y se reencontró con Marina, que le informó de las «trabas encontradas» por entidades e instituciones para poder encontrarla.

Le trasladó también la sospecha de que alguien de su familia podría estar al corriente de los hechos, por lo que Alfonsa decidió preguntar a su hermana Mariana, esposa de Beltrán, ya fallecido. Según Alfonsa, la hermana reveló que el bebé nació vivo «y que era varón», al tiempo que le pedía que no contara nada a las hijas de Mariana para que no pensaran «que su padre se dedicó al tráfico de bebés».