POLÉMICA POR UNOS DISFRACES

Un alcaldable de CiU se disculpa por la parodia del 4-F de su hijo

La comparsa de Mataró del año pasado que parodiaba a los Mossos.

La comparsa de Mataró del año pasado que parodiaba a los Mossos.

MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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Ya el año pasado, el primer teniente de alcalde, concejal de Cultura del ayuntamiento de Mataró y alcaldable por Convergència i Unió (CiU), Quim Fernández, tuvo que disculparse por la presencia en la rúa oficial de carnaval de una comparsa que parodiaba a los Mossos d'Esquadra. Los participantes simulaban fumar porros y actuaban como si estuvieran colocados. Ayer, el político dedicó el día a disculparse en nombre de su hijo, Jordi Fernández Fàbregas, de 28 años, por haber participado junto a su novia y otras tres personas en una parodia sobre el caso 4-F en la que los cinco aparecían disfrazados de guardias urbanos y con una maceta en la cabeza a la que habían dibujado un interrogante. El disfraz aludía a la teoría rechazada dos veces por los tribunales de que fue un tiesto lanzado desde la finca ocupada en la que se celebraba una fiesta y no una piedra tirada desde la calle por uno de los condenados lo que hirió a un guardia.

«Se han equivocado y en nombre de los cinco, pero especialmente en nombre de mi hijo, quiero disculparme ante la familia del guardia urbano herido y del colectivo de la policía municipal de Barcelona», reiteró el político durante toda la jornada, mientras su hijo, que en las últimas elecciones municipales aparecía en el número 22 de la lista de CiU, guardó silencio y cerró su cuenta personal de Twitter. El concejal se disculpó como padre, pero habló como político porque necesita, dijo, desvincular la parodia del municipio y del ayuntamiento de Mataró. «Conozco bien a mi hijo y a sus amigos. Son buenas personas y en ningún momento midieron las consecuencias de la parodia. No pensaron en el guardia urbano, se centraron en el caso 4F como un tema de actualidad. Nada más», aseguró a este diario.

LA MUJER DEL GUARDIA

 «Muy tocado personalmente», según un estrecho colaborador de Fernández, por la repercusión de la polémica, el alcaldable convergente habló a primera hora de la mañana con el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, al que le trasladó sus disculpas. Por la tarde el concejal pudo hablar con Rosa García, la mujer de Juan José Salas, el guardia urbano que desde el 2006 permanece en una silla de ruedas por las lesiones sufridas durante unos alteracados en la calle de Sant Pere Més Baix de Ciutat Vella.

Sobre el silencio de su hijo, el concejal convergente contó que los cinco amigos que participaron en la parodia (aunque en la foto solo aparecen cuatro), se reunieron ayer para consensuar qué debían hacer. «Lo que decidan hacer, lo haran los cinco, porque en la parodia participaron todos juntos», dijo.

El alcaldable de Mataró recordó que su hijo tiene 28 años, hace tiempo que se independizó «y evidentemente no consensúa con su padre de qué irá disfrazado en carnaval». Aseguró que conoció la parodia cuando las fotografías empezaron a circular en las redes sociales.

No quiso el concejal vincular esta polémica con la del carnaval del año pasado, que obligó a que Fernández saliera públicamente a pedir disculpas, en esa ocasión a los Mossos. El desfile lo encabezaba, como cada año, un personaje muy querido en Mataró, el Pellofa, que en esa ocasión iba caracterizado de policía de la Generalitat. Aunque en el escudo y en la carroza se podía leer www.gossos.pum. Aquella vez fueron los sindicatos de los Mossos los que pidieron una disculpa, que recibieron por parte de Fernández, aunque la Conselleria d'Interior quiso quitar hierro a la polémica asegurando que los hechos se enmarcaban en la «actividad transgresora de carnaval».

Este año el Ayuntamiento de Barcelona ha quedrido esperar a la reacción de Fernández, que si bien el lunes se mostró reacio a dar un paso al frente, ayer tuvo que emitir un comunicado y disculparse.

REACCIÓN SINDICAL

Los representantes de la Guardia Urbana aceptaron las palabras del concejal pero tanto CCOO como el sindicato de Agentes de la Policía Local insitieron en que llevarán el caso a los tribunales si sus servicios jurídicos entienden que hay margen para la denuncia.

Políticamente, Fernández no quiso valorar cómo afectará la polémica a su candidatura como alcaldable de Mataró. «No he pensado en eso, la verdad. He pensado más en el efecto que el tema tendrá en mi familia. Y he reflexionado mucho en estas últimas horas sobre los límites de la política», dijo. El grupo popular de los ayuntamientos de Mataró y Barcelona pedirá en sus plenos que se condenen los hechos.