«No nos conocen»

Las 'doulas' aseguran que solo ofrecen apoyo emocional a las embarazadas aunque admiten que hay casos aislados de intrusismo

El apoyo 8 La 'doula' Clara Vergès, con Anna Laia Canela y su hija Mila, ayer.

El apoyo 8 La 'doula' Clara Vergès, con Anna Laia Canela y su hija Mila, ayer.

MANUEL VILASERÓ
MADRID

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«Las doulas no somos psicólogas, ni médicos, ni enfermeras, ni terapeutas. Y si lo somos, solo debemos actuar como doulas, de nada más. La doula sabe que no ha de demostrar nada, solo saber acompañar. No siempre es fácil, pero es lo único que debe hacer». Con una definición de este tenor, que figura en la web de la Associació de Mares Doules, una de las denunciadas por el informe de los enfermeros, es difícil entender cómo han confeccionado los enfermeros un dictamen tan demoledor. Clara Vergès, presidenta de esta entidad que agrupa a 115 de estas mujeres de toda España, tiene una explicación. «Hasta entiendo que reaccionen así porque es verdad que hay gente que se llama doula y hace barbaridades, invadiendo el delicado campo sanitario», reconoce.

Pero también opina que no se puede meter a todas en el mismo saco y querer acabar con una actividad con un bagaje de «muchos años en todo el mundo» y que no da más orientaciones que las que podría dar una tía, una madre o una hermana, además de regirse por «un estricto código ético».

«Su problema es que no nos conocen y la información que tienen está distorsionada», añade Vergès. ¿Qué ofrece entones una doula? Este nuevo perfil vendría a cubrir el hueco que han dejado las redes familiares en la sociedad moderna. «Ofrecemos compañía desde la comprensión que nos da haber sido madres».Justamente, el papel de esas abuelas, hermanas o tías para personas que viven lejos, se han peleado con la familia o han decidido concebir un hijo sin pareja.

Anna Laia Canela, una de las madres acompañada por Vergès, califica como «fabulosa» la experiencia. Ha recurrido a la doula en su segundo hijo, la pequeña Mila, que ahora va a cumplir tres meses. «Fracasé y me angustié mucho con la lactancia materna en el primero niño y no quería que me volviera a pasar», explica esta joven de 36 años, que vive en Cardedeu y recuerda cómo esa primera vez su marido se angustiaba pero no sabía cómo ayudarla en las largas noches de insomnio. ¿Qué ha hecho Vergès? «Apoyarme como solo puede hacerlo una mujer que lo ha vivido. Darme la mano, abrazarme, ayudarme en las tareas físicas. Ni siquiera aportarme información porque ya te llega por muchos sitios», responde. A Canela le entra la risa al oír hablar a los enfermeros de «canibalismo». «¿Se les ha ido la pinza, no? Es excesivo todo esto», considera.

Incomprensión

Marta Coromines, de la Asociación Española de Doulas que ha atendido a centenares de mujeres, cree que el ataque responde a la incompresión que a veces manifiesta el personal sanitario con las cuestiones emocionales. Nunca ha estado en un parto en casa en el que no haya participado una matrona ni conoce a nadie que lo haya hecho. Tampoco, a ninguna doula que haya querido asistir a un parto en un hospital por delante del marido. Y le suena a chino lo de comerse la placenta. «Si alguien lo hace será porque quiere», sostiene.