CONDENA A OCHO PERSONAS

Penas de 36 años a una familia que retuvo a una chica en Logroño

El padre y los hermanos de la joven querían impedir que deshiciera un matrimonio de conveniencia

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La Audiencia Provincial de Logroño ha condenado a una pena total de 36 años y medio de cárcel por un delito de detención ilegal a ocho familiares de una joven pakistaní que permaneció retenida en su casa durante dos semanas tras comunicar su deseo de divorciarse de su marido, con el que fue forzada a casarse.

Además, ha condenado al padre a 15 meses de cárcel por dos delitos de maltrato doméstico hacia su hija, a quien tendrá que pagarle 15.000 euros, mientras que todos los acusados deberán indemnizarle con otros 1.500 por el daño moral.

El fallo judicial considera probado que, en el 2010, esta joven pakistaní vivía en Logroño desde hacia ocho años con sus padres, tres hermanos, una cuñada, una hermana y el esposo de esta. En el 2005, la familia se trasladó a Pakistán, donde de forma concertada por las familias, la chica se casó con un primo y su hermano también contrajo matrimonio con la hermana de este chico.

Sin embargo, el marido de la víctima se tuvo que quedar en su país tras la boda, por lo que el padre de la chica consistió en que trabajase en una residencia de ancianos para poder reagrupar a su marido, según relata la sentencia.

Fuga a Barcelona

Desde que en 2007 llegó a España su marido, reprochó a su esposa su forma de vestir y que trabajara fuera de casa, ante lo que ella le pidió el divorcio, pero él se negó, al igual que sus padres y hermanos, y le amenazó con matarla si se separaba, según el fallo.

En noviembre de 2010 decidió marcharse a Barcelona y allí telefoneó a su hermana, a quien le dijo que no iba a volver a Logroño. Poco después le llamó uno de sus hermanos para decirle que su padre se encontraba ingresado en el hospital muy enfermo y que su última voluntad era verla antes de morir, por lo que ella regresó a su domicilio, donde comprobó que todo había sido un engaño.

De nuevo en Logroño, volvió a manifestar que quería separarse de su marido, por lo que su padre se ganó su confianza y logró que le entregara el teléfono móvil y toda su documentación.

Autolesiones

Todos sus familiares comenzaron a vigilarla y controlarla para evitar que se fuera, diciéndole que no podía divorciarse ni avergonzar a su familia. Una vez conseguido que dejara el trabajo y no dispusiera de documentación ni dinero, fue amenazada de muerte por su padre y su marido, que le decían "que si salía de casa la mataban y la tiraban al río Ebro", añade la sentencia.

Por ello, la mujer intentó beber lejía y se lesionó con cristales del espejo del baño tras romperlo, por lo que la golpearon sin que recibiera asistencia médica.

Finalmente, aprovechando un descuido de su familia, escribió tres notas de ayuda y las tiró por la ventana, de modo que llegó la Policía Local a su casa y ella pidió a los agentes que le sacaran de allí.