Gente corriente

Ramon Sacristán: «Tengo unas 20 dedicatorias; hasta Fontanarrosa contestó»

Todo está al término de un click pero a él no le interesa. La información la organiza a su modo.

«Tengo unas 20 dedicatorias; hasta Fontanarrosa contestó»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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«Internet es de todos, pero esto es mío, mi trabajo, mi manera de archivar las cosas». Así, desde esta perspectiva -la de un hombre que quiere guardar la información a su manera, consultarla ídem-, se entiende que Ramon Sacristán haya levantado por su cuenta este particular, muy, muy particular archivo, hecho de… Bueno, las cosas que le interesan: estrellas de cine, hombres famosos cuando prestaban el servicio militar, políticos retratados una y otra vez haciendo el mismo gesto. Muy particular. El octogenario Sacristán trabaja en él desde hace tres décadas, hoy a ritmo de cuatro o cinco horas al día. Sí, también, claro: le mantiene ocupado.

-Tuve varios trabajos, el último de ellos en un hotel, en la recepción, de noche, y una de mis tareas era tirar los periódicos del día. Bueno, pues una noche empecé a recortar cosas.

-Cosas…

-Empecé recortando viñetas. He recortado muchas viñetas y dibujos desde entonces. Mire, las tengo aquí, las agrupo por autor.

-De todos los diarios, veo. De muchos.

-Todos los que había en el hotel y los que yo mismo compraba los domingos cuando dejé de trabajar. Tengo hasta viñetas de Fontanarrosa, el Negro, las que publicaba en Clarín.

-Ah. ¿Y cómo las conseguía?

-Conocía a un argentino de una época en que me había dedicado a la filatelia, y como él sabía de esa afición mía, durante unos años me enviaba la última página de Clarín.

-Ah, y con dedicatoria. ¿A ver? Para el amigo Ramón Sacristán con un abrazo. El Negro Fontanarrosa.

-Sí. Les escribo a los dibujantes. Les explico lo que hago, les digo que tengo una colección de viñetas suyas y les pido que me envíen una dedicatoria. Tengo unas 20, casi todos contestan. Hasta Fontanarrosa contestó.

-Pero no recortaba… No recorta solo viñetas. ¿No?

-No. Luego empecé a recortar fotos.

-¿Con qué criterio?

-Con varios criterios. Situaciones, por ejemplo. Situaciones cómicas de algún político. Si se reía, si hacía algún gesto en particular. O cuando hallaba una pauta, un gesto repetido, no sé. Una foto de un político tapándose la boca para hablar no significa nada, pero varias, eso es tendencia. Un día descubrí que Pujol tenía un gesto muy suyo que era llevarse la mano atrás y dejarla aquí, entre el pantalón y la cintura. Mientras hablaba. Un tic. Lo hacía mucho. Tengo varias fotos suyas haciendo eso. Mire.

-Lo veo.

-Para mí son cosas que tienen valor, y además, nadie más iba a hacer este trabajo.

-Pero hay más, ¿no?

-Hay más. Más adelante empecé a recortar las fichas de las películas de las carteleras, ¿sabe de qué hablo? Los pequeños resúmenes que hacen en los periódicos. Una vez, además, entré en un local de antigüedades y encontré una caja llena de recortes de revistas de cine de los años 30; me gustó, y empecé a hacer lo mismo. Ahora tengo, mire: todos estos recortes de actores famosos.

-Y todo esto, corríjame si me equivoco, es material de consulta.

-Sí, yo paso muchas horas aquí, y no solo ordenando, también consultando, mirando cosas. Para eso es, ¿no? Mi esposa me dice que todo está en internet, que solo tengo que hacer click y ya está, pero lo que hay en el ordenador es de todos, mientras que estas cosas son mías, es mi trabajo, es mi forma de archivar las cosas. Además, el ordenador no sé ni encenderlo. Lo hago porque me gusta, porque me lo paso bien haciéndolo.

-¿Y estos?

-Ah. Estas son fotos de personajes famosos en la época en que hicieron la mili. Tengo, mire, veamos: este es Gaspart, este es Clemente, este es Ramón Mendoza…