«Me sentí Armstrong pisando la Luna»

Antonio Franco fue uno de los primeros directores en atender al fenómeno internet. Fundador de EL PERIÓDICO y de la primera edición de El País en Barcelona, Franco era un periodista de referencia que observó con mucha atención la nueva herramienta desde su aparición en las redacciones. Tuvo un gran acierto al decidir colgar los primeros PDF en internet, en 1994. La red, su fuerza y su riqueza, también le impactó personal y profesionalmente.

Antonio Franco

Antonio Franco / periodico

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«Mario Santinoli nos advirtió: "En el futuro los diarios se consumirán a través de internet", "y serán muy diferentes en estructura a los de papel", "hemos de empezar a estudiar inmediatamente los mecanismos de expresión y comprensión rápida de la lectura electrónica", "el reto será la inmediatez". Queramos o no, entraremos en competición directa con la radio y la televisión en la carrera por difundir cuanto antes las noticias" y "lo que está claro es que lo importante es la calidad de los contenidos, de modo que el periodismo de verdad no correrá ningún riesgo" eran los ejes de las conversaciones en aquellos excitados días.

Pensé que pisaba el futuro, como si fuese un Neil Armstrong en la Luna. Yo soy de los que empezaron a ejercer la profesión en 1970 en los talleres de un diario, ejerciendo de redactor de platina, corrigiendo textos en líneas de plomo, y ya me había maravillado el primer cambio tecnológico con la supresión de las máquinas de escribir y el aprovechamiento de las pulsaciones que hacían los redactores en el teclado del ordenador para que fuesen ellas las que compusieran el texto que se utilizaba en las rotativas.

La situación era muy compleja porque las webs de los diarios nacieron como complementos, como lujos de los periódicos que se ganaban la vida a partir de las rotativas. Todos hablábamos de que los diarios electrónicos serían el futuro pero ya estábamos como ahora, es decir, sin saber bien cómo iba a poder sustituirse el negocio anterior, que funcionaba, por el que estaba llegando.

Predominaba el miedo. Miedo a lo desconocido y a nuestra propia impotencia, a nuestra falta de preparación tecnológica y nuestra falta de reflexión sobre lo que comportaba la etapa que se abría. Y existía una sensación de suficiencia que luego ha contribuido mucho al desplome del mundo de la prensa tal como lo conocíamos: la mayoría de los periodistas consideraba que el periodismo de internet era un género menor en relación con el de los diarios de papel. También pesó una mala predisposición al esfuerzo.

De cara al futuro, los lectores estarán educados de forma que lo "natural" para ellos será lo electrónico. Existirá siempre cierta convivencia de las dos tendencias, por lo que no son aconsejables las posturas radicales, aunque en el futuro la filosofía online sabrá dar respuesta práctica a todos los problemas de la demanda.

Ahora ya es más rica e interesante la potencialidad de la prensa online. Aprecio los vídeos y los considero imbatibles cuando los comparo con las fotografías, aunque tenga debilidad por ellas. Aprecio escuchar sonidos directos cuando corresponden a declaraciones o ruidos trascendentes.El conjunto de los editores de la prensa escrita hicieron malos diagnósticos sobre lo que venía y no supieron actuar como un grupo de presión compacto y bien coordinado en defensa de sus intereses. A los jóvenes informadores del online y a los periodistas veteranos del papel les recordaría lo mismo: la grandeza del periodismo es su credibilidad, su independencia, su buena elaboración técnica, la debida comprobación de fuentes y el respeto a la deontología que tienen proclamada las grandes instituciones democráticas mundiales y una infinidad de asociaciones profesionales.

Extracto del libro 'NewPaper', Albert Montagut (Editorial Deusto, 2012)