DETENCIÓN POLÉMICA

La acusación particular del 'caso Benítez' pide 14 años para seis mossos

La familia reclama por un delito de homicidio y otro contra la integridad moral

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La familia de Juan Andrés Benítez, el empresario que murió tras ser reducido por los Mossos d'Esquadra en el barrio barcelonés del Raval, pide 14 años de cárcel para cada uno de los seis agentes que lo inmovilizaron y otros tres para dos policías acusados de encubrir los hechos.

En su escrito de calificación, la acusación particular ejercida por la familia del fallecido imputa un delito de homicidio otro contra la integridad moral a seis mossos d'esquadra, un delito de encubrimiento a dos y pide el archivo de la causa para otros dos policías.

La acusación particular, representada por el abogado David Aineto, considera en su escrito que en los agentes no existió una voluntad directa de causar la muerte de Benítez, pero con su conducta los agentes eran conscientes de que lo colocaban en "una situación de riesgo y peligro que podía desembocar en su fallecimiento y sin ninguna posibilidad de escape".

Tras una pelea

Benítez falleció la madrugada del 6 de octubre del año pasado, tras ser reducido en la calle Aurora del Raval por un grupo de agentes de la policía catalana, que acudieron al lugar alertados por una pelea que el empresario había tenido con un vecino y en la que, según la acusación particular, ninguno de los dos sufrió lesiones de importancia.

Como alternativa, el escrito de la familia de Benítez propone que los seis agentes que participaron en la contención sean condenados por un delito de homicidio por imprudencia a cinco años de prisión y cuatro de inhabilitación.

Según mantiene la acusación particular, el incidente se inició cuando los Mossos d'Esquadra pidieron al fallecido que se identificara y una agente le agarró por el brazo para impedirle que fuera a su casa a buscar la documentación, como Benítez pretendía.

Inmovilizado con violencia

El empresario, añade la acusación particular, se soltó de la mano de la agente que lo agarraba y provocó que cayera al suelo, tras lo que hizo además de marcharse del lugar, lo que motivó que tres mossos d'esquadra se abalanzaran sobre él y lo derribaran para reducirlo en el suelo.

Con la ayuda de otras patrullas, los mossos d'esquadra colocaron a Benítez boca abajo, le inmovilizaron con el uso de esposas y un cinturón que el propio empresario llevaba, y durante diez minutos efectuaron "una contención violenta y desproporcionada", apoyando las rodillas sobre su cuerpo, inmovilizándole y propinándole numerosos golpes, puñetazos y patadas, sostiene el abogado David Aineto.

El escrito de acusación añade que los mossos golpearon a Benítez con una porra policial extensible cerrada, tanto en el tronco y en las piernas como en la cabeza, mientras la víctima "además de revolverse, emitía de forma inconfundible diversos gemidos de dolor extremo, agónicos, que paulatinamente fueron decreciendo en intensidad hasta desaparecer por completo".

Procesados por encubrimiento

Una vez maniatado, sostiene el escrito, Benítez "fue trasladado en volandas -como si fuera una pieza de caza- al vehículo policial, cuando ya estaba inconsciente". Tras la intervención policial, la acusación particular acusa a los dos mossos procesados por encubrimiento de haberse dirigido a vecinos de un inmueble cercano para preguntar si habían filmado lo sucedido -a lo que una testigo reaccionó borrando lo grabado- y de limpiar con agua la mancha de sangre que había quedado en el lugar donde Benítez fue reducido.

Para la acusación particular, los agentes actuaron "de común acuerdo y con identidad de propósito delictivo, obviando todas las normas y reglas mínimas de cuidado que asumiría un ciudadano medio, así como sus deberes profesionales (...)".

La Fiscalía también acusa de homicidio a seis de los agentes imputados, para los que pide once años de cárcel, mientras solicita año y medio para otros dos por encubrimiento.