España aportará más dinero contra el ébola tras sufrir la infección

Sus contribuciones se situaban por detrás de hasta una docena de países europeos

Romero, atendida por una enfermera en el Hospital Carlos III, en Madrid, ayer.

Romero, atendida por una enfermera en el Hospital Carlos III, en Madrid, ayer.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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España era hasta ahora uno de los países europeos que menos dinero y recursos había dedicado a la lucha contra el ébola en el África Occidental, pero el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero y las críticas que ha generado la actuación del Gobierno parecen haber cambiado la ecuación. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, anunció el viernes en Nueva York una aportación adicional de 2,5 millones de euros para responder a las necesidades en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Esa cantidad dobla con creces lo anunciado hasta ahora por el Ejecutivo español y multiplica por seis el montante que constaba hasta ahora en los registros de Naciones Unidas.

En las tres últimas semanas, buena parte del mundo parece haber despertado ante la evidencia de que la pandemia no es solo un problema africano. A finales de septiembre, siete meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara el primer brote en Guinea y casi dos desde que declarara el ébola como una «emergencia internacional», se diagnosticaba el primer caso en EEUU y, unos días después, se hospitalizaba en España a la primera paciente contagiada fuera de África. Desde entonces todo han sido prisas, a pesar de que más de 4.000 personas han muerto ya en el continente africano.

DESFASE EN LAS APORTACIONES

En los últimos días se han acelerado las contribuciones. Los compromisos se acercan a 800 millones de dólares (unos 633 millones de euros), aunque a efectos reales, hasta el viernes solo se habían desembolsado algo menos de 500, según la ONU. EEUU encabeza la lista, con 275 millones de euros y la promesa de enviar a 4.000 militares; Reino Unido, 160 millones, 750 soldados y un barco medicalizado; Noruega, 28 millones; Holanda, casi 19. Solo los países comunistas han enviado a personal sanitario (China, a 170 y Cuba, a 165), aunque Alemania y el Reino Unido han abierto la puerta a que sus funcionarios se sumen como voluntarios.

«Debemos actuar ahora, aunque ya es tarde. Reducir al máximo el desfase entre la decisión de responder a la crisis y la atención concreta a los afectados es, en verdad, una cuestión de vida o muerte», dijo el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, durante la sesión informativa en Naciones Unidas en la que anunció el incremento de las ayudas. España no salía bien parada hasta ahora, pese al baile de cifras. La ONU habla de un desembolso de 430.000 euros (540.000 dólares), por detrás de una docena de países europeos. La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) detalla una aportación de 660.000 euros y, el secretario de Exteriores, de «cerca de un millón».

«Si la petición es de 1.000 millones de dólares [791 millones de euros] y España había aportado 600.000 euros no hacen falta comentarios», decía poco antes del anuncio del secretario de Estado, Carlos Ugarte, responsable de relaciones externas de Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización que ha atendido a dos tercios de los enfermos en África.

Liberia ha sido el país más beneficiado por la cooperación española. Además de los 160.000 euros concedidos a su Gobierno, en agosto se enviaron a través de Farmamundi «dos lotes completos» con equipamiento médico, trajes de protección y medicamentos «para apoyar la reapertura del Hospital de San José en Monrovia», según la AECI, donde trabajaba el religioso español fallecido Miguel Pajares. Otros 45.000 euros se concedieron a Save The Children.

Para contribuir a los esfuerzos en Sierra Leona, se aportaron 150.000 euros a un hospital de campaña de la Cruz Roja, mientras en Guinea otros 50.000 respaldaron la campaña de sensibilización y apoyo a las familias de Acción Contra el Hambre. A todo esto habría que añadir 100.000 euros más para apuntalar el trabajo de la OMS en la región.

COLABORACIÓN LOGÍSTICA

Al margen de la valoración del esfuerzo económico, las organizaciones humanitarias consideran que España podría hacer más sin rascarse apenas el bolsillo. Una de las prioridades de MSF es conseguir que autorice el uso de la base logística que el Programa Mundial de Alimentos tiene en Gran Canaria para establecer allí un puente aéreo que permita trasladar a los trabajadores internacionales que operan en África Occidental. Parte de los aeropuertos de la región han cerrado y eso obliga a utilizar rutas que generan retrasos y encarecen los costes, según explica Ugarte.

También se le pide que despliegue a unidades de especialistas en bioseguridad, con las que cuentan tanto el Estado como las comunidades autónomas. «Por mucho dinero que nos den, hemos agotado nuestros recursos humanos, ya no damos más de sí», añade Ugarte. Este diario trató sin éxito de ponerse en contacto con De Benito, para aclarar la contribución española.