ANÁLISIS

'Ice bucket challenge'

CARME BASTÉ

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Ice bucket challenge está siendo el último fenómeno de las redes sociales. La iniciativa une una de las últimas tendencias en Facebook, los retos, con una tradición de los medios de comunicación, la solidaridad y la implicación de los famosos en causas sociales.

Los retos son puro divertimento y participación, los dos ejes fundamentales de las nuevas pantallas. Una manera de conectar con los demás y verse en internet haciendo las cosas más exóticas. Pero el fenómeno ha ido más allá y, además de convertirse en todo un récord de participación y hacerlo en poco más de un mes, ha querido poner un motivo al reto y movilizar a los internautas por una causa, el apoyo contra la esclerosis lateral amiotrófica, la ELA.

La enfermedad es devastadora y poco conocida, y sin duda el primer éxito de esta campaña ha sido ponerla en el mapa. Así lo reconoce Adriana Guevara, presidenta de la Asociación Española de ELA (AdELA), quien, en cambio, se queja de que los fondos que esperaban recaudar no han llegado a su asociación. Esto no ha sido así, en cambio, en el caso de la asociación ALS, un equivalente norteamericano de AdELA, que ha visto incrementadas las donaciones en cerca de 30 millones de dólares gracias al reto.

Podríamos decir que en España la acción no ha pasado de ser una diversión, una muestra más de participación atrevida y lúdica en red, y que luego los participantes se han olvidado de hacer el donativo. O bien que al ser una acción ajena nos lo hayamos mirado como meros espectadores y no haya habido una participación tan marcada como en otros países.

Pero seguramente la principal causa de la poca recaudación ligada al challenge de la asociación española tiene que ver, precisamente, con la internacionalización de internet y de las redes sociales.

No sería extraño pensar que los famosos locales que han participado en la campaña, y los anónimos que se han añadido a ella, hayan hecho su donativo a la mencionada ALS, que se postula como principal receptora de los fondos provenientes de este fenómeno viral.

Por otra parte, lo que hace que una campaña viral tenga éxito es todavía un misterio. Pero si hay una receta infalible es la participación de famosos, políticos, artistas o deportistas que promocionen la causa y creen empatía. Precisamente este ha sido el punto fuerte del reto, que se ha dado a conocer principalmente por la participación de personas populares de todo el mundo. Desde el presidente Bush a los jugadores del Barça, pasando por Bill Gates, se han tirado este verano un cubo de hielo por encima y han contribuido a la causa de la ELA.

Es obvio que habrá quien aproveche el reto exclusivamente en beneficio de la propia imagen, de su cadena o institución, pero más allá de eso nos encontramos ante un gran éxito viral, que puesto en contraposición con retos como el conocido neknomination, que consistía en filmarse a uno mismo bebiendo una gran cantidad de alcohol sin ningún tipo de finalidad, da una muestra de la cara amable de este tipo de prácticas, cada vez más habituales dentro de las redes sociales.