LÍO JURÍDICO POR UN EMBARAZO

Embriones cruzados

Una jueza decide hoy de quién son hijos unos mellizos fruto de la reproducción asistida y gestados por otra madre por un error médico

Un técnico trabaja con material genético en un laboratorio.

Un técnico trabaja con material genético en un laboratorio.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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¿Un bebé es hijo de la madre que lo alumbra o, al contrario,  de la pareja que, sin haberlo querido, ha proporcionado un óvulo suyo fecundado a otra mujer? Esta es la cuestión a la que se enfrenta hoy la jueza Silvia Albano, tras el error de un hospital de Roma que intercambió embriones de varias parejas, lo que ha dado lugar a gestaciones cruzadas.

La jueza dictaminará hoy una primera decisión sobre un caso que afecta a dos parejas y a dos hijos mellizos, niño y niña, cuyo nacimiento está previsto entre el 12 y 14 de este mes en el hospital Sandro Pertini de Roma. La intervención judicial ha sido solicitada por una de las parejas antes de que se produzca el parto y antes de que el proceso se alargue.

El lío jurídico, con aspectos éticos de relieve, sucedió el pasado año, cuando en el hospital tuvo lugar una ronda de gestaciones artificiales de cinco parejas. Los óvulos y espermatozoides de cada una de ellas habían sido fecundados in vitro y fueron implantados en las cinco mujeres. Todas quedaron embarazadas menos una que, por razones personales nunca reveladas, solicitó una prueba del ADN de  todos los fetos.

El resultado arrojó que los mellizos de una de las mujeres tenían el ADN de la demandante  y su marido, que  reivindican la paternidad biológica. «El ADN es el nuestro. El ambiente en el que se produce la gestación no influye sobre el desarrollo del feto», arguye el letrado Nicolò Paoletti, que defiende a la pareja.

Protección y alimento

Todo lo contrario que Michele Ambrosini, defensor de la mujer que quedó embarazada. «La investigación científica prueba que existen distintas capacidades de activación y adaptación del ADN en base al ambiente (de la gestación)», rebate. «Objetaré que el papel fundamental es el de la madre que lleva el embarazo y asegura al niño protección y alimento», añade. En cambio, Paoletti rebate que, según la constitución y la carta europea sobre los derechos del hombre  «la noción de vida privada comprende aspectos importantes de la identidad personal, de la que forma parte la identidad de los padres».

El caso ha sido objeto de encuestas populares y debates en programas de televisión, sin que se alcanzase nunca un consenso entre el público. Algunos expertos constitucionalistas italianos aducen que, en los casos de fecundación in vitro en el ámbito de una sola pareja, la ley reconoce como madre a la mujer que alumbra al bebé.

Stefania Stefanelli, profesora de derecho familiar en la Universidad de Peruggia, argumenta que «antes de la autorización de la fecundación heteróloga (en la que los gametos son de donantes), la única vía para establecer legalmente la maternidad era el parto». Añade que ahora el ADN ya no es el criterio definitivo, porque «con la fecundación heteróloga, el bebé es hijo de la madre  social».

Edgardo Somigliana, director del centro de esterilidad del policlínico de Milán, explica que «el ADN recibe influencias del ambiente en el que se encuentra el embrión», tanto es así que «el hecho de que hayamos legalizado la fecundación heteróloga prueba que ya no consideramos el ADN como el aspecto más importante en la relación padres-hijos». Varios colectivos de mujeres han sugerido que las dos parejas, que no han querido encontrarse nunca, acojan a los mellizos como hijos de los cuatro conjuntamente.