Acción contra el Hambre

Las oenegés batallan contra el cólera en Sudán del Sur

Acción contra el Hambre reparte lotes para la higiene del agua en los barrios afectados de la capital, Juba. El brote, declarado el pasado mayo por el Ministerio de Salud del país, había afectado hasta final de junio a más de 2.000 personas y 45 murieron

SOBRE EL TERRENO.El suministro de agua potable en los asentamientos y suburbios y la información a los habitantes resultan claves en la labor de Acción contra el Hambre y otras oenegés para combatir el azote del cólera en Sudán del Sur.

SOBRE EL TERRENO.El suministro de agua potable en los asentamientos y suburbios y la información a los habitantes resultan claves en la labor de Acción contra el Hambre y otras oenegés para combatir el azote del cólera en Sudán del Sur.

CARME
ESCALES

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Un cubo con 20 litros de capacidad y un pequeño grifo incorporado al recipiente es parte del kit básico de hogar que personal de Acción contra el Hambre está entregando a familias de barrios de Juba, la capital de Sudán del Sur, donde el pasado mes de mayo se declaró un brote de cólera. Desde entonces, «han sido detectados 1827 casos de personas afectadas, entre las que han fallecido 43. A finales de junio, la infección había sobrepasado los límites de la ciudad de Juba. Fuera de la capital se habían localizado otros 222 casos y de ellos dos personas murieron.

Seis expatriados españoles y un grupo local de siete personas, además de una cuarentena de voluntarios trabajan in situ coordinados en el equipo de Acción contra el Hambre localizando a los afectados, repartiendo los lotes de higiene, que además del cubo incluyen pastillas potabilizadoras del agua para que puedan con ella cocinar y consumir a diario, y pastillas de jabón. «El cólera se puede prevenir aplicando determinadas normas de higiene que, a través de campañas de sensibilización. Con carteles y altavoces, en árabe y otros dialectos del país, tratamos de ayudar a la población a evitar o a remediar los vómitos y las diarreas, principales consecuencias que sufren las personas que resultan infectadas», explicó la responsable de comunicación de Acción contra el Hambre en Juba, Carla Fibla.

DESINFECCIÓN Y FORMACIÓN / Sobre el terreno, en el escenario donde el pasado 15 de mayo el Ministerio de Salud de Sudán del Sur declaró el brote de cólera, siete oenegés internacionales -entre ellas Unicef, Médicos sin Fronteras y Oxfam- trabajan para evitar que se propague la infección, mitigar sus efectos e informar a la ciudadanía de los métodos preventivos. «En la capital hay un hospital y cinco centros de tratamiento de Médicos Sin Fronteras», detalla Fibla.

«Estamos en contacto continuo con la comunidad y líderes locales, y entre todas las oenegés nos hemos repartido la asistencia en los diferentes barrios de la capital. A través de un sistema de comunicación a tiempo real, en cuanto se detecta un nuevo caso de cólera, se acude a trabajar la desinfección de la casa, a distribuir letrinas y facilitarles información sobre el consumo de agua y el peligro de la deshidratación, y damos formación técnica a los voluntarios locales», añade Carla Fibla. «Lo hacemos en los centros sociales, donde convocamos reuniones a diario para enseñarles a mezclar los productos que se utilizan para desinfectar, cómo vestirse para hacerlo y los tiempos a los que hay que ceñirse para una correcta aplicación, y paralelamente se prepara la rehabilitación de pozos», resume Fibla. A finales de junio, el equipo de emergencia de Acción contra el Hambre trabajaba en 23 barrios de Juba, donde viven unas 80.000 personas.

LAS CAUSAS / Según fuentes de Acción contra el Hambre en el país africano, el origen del brote de cólera no está claro. «Supuestamente podría haber sido el río Nilo, pero en ese caso hubiera tenido que afectar a otras zonas del país y, en cambio, todos los casos se han concentrado en la capital. Puede haberse debido al mal estado de algunas tuberías, en las cuales se hayan podido dar fugas de agua. Hay muchos factores que pueden haberlo causado», transmite desde Sudán del Sur Carla Fibla.

«En los últimos tres años, Juba, la capital, ha cambiado, pero no en lo que concierne a las infraestructuras o a las necesidades básicas de la población, donde nos estamos encontrando deficiencias muy importantes. Además, las zonas que antes eran rurales ahora son urbanas y muy pobladas, con otros factores de riesgo», declaró la responsable del Equipo de Emergencias de Acción contra el Hambre, Chiara Saccardi. También desde la capital de Sudán del Sur, Carla Fibla explica que «desde que Juba se convirtió en capital, hace tres años, no ha dejado de absorber a gente y, a excepción de las más recientes construcciones de edificios, que contrastan enormemente con las cabañas en las que continúan habitando muchas personas, los servicios básicos sanitarios, igual que los de educación y seguridad todavía se están desarrollando».

HAMBRUNAS Y DESPLAZADOS / La República del Sudán del Sur es el país más joven del mundo. Se independizó de Sudán en el 2011, pero siguen habiendo enfrentamientos que se disputan partes del territorio y, derivado de ello, más de un millón de sursudaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares huyendo del conflicto abierto solo en los estados de Unity y Upper Nile, al norte del país, «lo que ha provocado una crisis humana de gran envergadura a la que es complicado responder por las escasas infraestructuras del país, además de las dificultades de movilidad que supone la actual época de lluvias», según informan fuentes de la oenegé internacional. Desde otras partes de Sudán del Sur, la gente emigra a los países limítrofes de Kenia, Uganda y Etiopía. Acción contra el Hambre lleva trabajando en la zona afectada por dichos conflictos desde hace más de 20 años, atendiendo los problemas de malnutrición también en los estados de Unity, Warab y Northern Bahr el Ghazal, donde se han establecido campamentos de desplazados internos. En la actualidad, por lo tanto, «además de trabajar de manera conjunta con otras organizaciones humanitarias para frenar el brote de cólera en Juba, Acción contra el Hambre continúa desarrollando programas a largo plazo de lucha contra la desnutrición infantil, proporcionando soluciones en sanidad y acceso al agua y a los alimentos. Alrededor de 6,9 millones de sudaneses del sur se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria, una cifra que podría ascender a 7,3 millones entre junio y agosto de este año», según detallan las informaciones de los miembros de Acción contra el Hambre que trabajan sobre el país.