RELEVO EN LA CÚPULA POLICIAL DE LA GENERALITAT

Los casos de Quintana y Benítez tumban al director de los Mossos

Manel Prat anuncia su renuncia como director de la Policia de la Generalitat en una declaración tras la que no admitió preguntas, ayer por la tarde, en la comisaría de Les Corts.

Manel Prat anuncia su renuncia como director de la Policia de la Generalitat en una declaración tras la que no admitió preguntas, ayer por la tarde, en la comisaría de Les Corts.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Manel Prat abandona. El director general de la Policia y jefe de los Mossos d'Esquadra anunció ayer su «renuncia irrevocable» a un cargo que ocupaba desde enero del 2011 y con el que, en paralelo a un intento de modernizar la estructura de la Policia de la Generalitat, ha coleccionado gestiones polémicas, en especial la del pelotazo de los Mossos que mutiló ocularmente a Ester Quintana en el 2012; la de la muerte del vecino del Raval Juan Andrés Benítez tras ser violentamente golpeado y detenido por los Mossos en el 2013, y el desalojo fallido de los indignados acampados en la plaza de Catalunya, en el 2011. Aunque en una declaración ante la prensa en la que no admitió preguntas aseguró que se marchaba «por motivos personales», Prat se va el día antes de que, a raíz de una enmienda presentada por ICV, el Parlament fuera a reclamar su destitución, pues ERC había hecho saber a CiU que no iba a volver a salvarle.

Eran las siete y media de la tarde cuando, mediante un sucinto correo electrónico, el gabinete de prensa de los Mossos anunció una comparecencia no prevista de Prat que se iba a celebrar apenas media hora después. La soledad política en que se encontraba se hizo patente cuando, apenas 10 minutos después de las ocho, Prat compareció en la comisaría de Les Corts solo, sin la compañía ni del conseller de Interior ni de mando alguno de los Mossos. Ahí anunció que aquella mañana había comunicado al president, Artur Mas, y al conseller Ramon Espadaler su dimisión, que atribuyó «a motivos estrictamente personales». «Considero que mi trayectoria profesional en los Mossos no tiene más recorrido», dijo.

EN SUS TRECE / En su despedida, Prat pidió disculpas «a quien haya podido perjudicar», dijo que deja un cuerpo policial más moderno» que el que recibió y, antes de acabar, intentó negar lo evidente: que se iba a raíz del auto judicial en que el juez del caso Quintana ha puesto por escrito que esa mujer recibió el impacto de una pelota de goma. Esa interlocutoria le ponía contra las cuerdas, pues en una entrevista en EL PERIÓDICO él se había comprometido a dimitir si aparecía una prueba de que Quintana había sido herida por una pelota de goma. «Considero que nunca he faltado a mi palabra», comentó ayer, e insistió en desvincular su cese del caso Quintana: «Yo me comprometí a que si aparecía una prueba fehaciente, es decir, una imagen, yo dimitiría. Y no estamos en esa situación».

Prat se mantuvo en sus trece. «Digo, con más contundencia que nunca, que no se dispararon pelotas ese día», añadió Prat, que llegó incluso a arremeter contra el juez, a quien acusó de no valorar las pruebas que Interior aportó sobre el caso. «Estoy convencido de que se acabará sabiendo la verdad y de que los dos mossos actualmente imputados dejarán de estarlo», comentó el político convergente, poniendo una vez más sobre la mesa la tesis que la Dirección General de la Policia maneja sobre la mutilación de Ester Quintana. Fuentes de ese estamento de Interior aseguran que disponen de indicios, aunque no pruebas concluyentes, de que la mujer recibió el impacto de un proyectil viscoelástico -no de una pelota de goma- disparado por un mosso de otra furgoneta, concretamente la que mintió a sus superiores al indicar su posición. De hecho, se da el contrasentido de que Interior no tiene suspendidos a los dos mossos imputados pero sí a los de la otra furgoneta, sobre quienes el juez no ha impuesto ninguna medida cautelar. El director de la Policia aseguró ayer que en el caso Quintana «se ha buscado más la venganza por intereses que aclarar la verdad y la justicia».

Fuentes del entorno de Prat explicaron a este diario que hacía días  que tenía tomada la decisión de dimitir y que si lo hizo ayer fue por evitarse el mal trago de que el Parlament votara a favor de su destitución. Su situación era insostenible desde hacía meses, pues el propio conseller de Interior había pedido a Mas el cese de Prat, pues consideraba que su imagen estaba tan deteriorada que su sola presencia al frente de los Mossos dañaba cualquier intento de mejorar la del cuerpo, muy degradada por varios casos de abusos. El president, que le mantenía pues Prat era de su máxima confianza, ha acabado por dejarle caer.

EL SUSTITUTO / Además, ERC había hecho saber a CiU que, una vez pasadas las elecciones europeas, no iba a volver a salvar la cabeza de Prat si se pedía su cese en el Parlament. Ahora es el turno de nombrar un nuevo director general de la Policia, un puesto que en Catalunya, aunque en teoría dependa del conseller de Interior, siempre suele ser para una persona de confianza del president.