«Creen que soy tonto»

La batalla judicial de Víctor para recuperar el derecho a voto se acerca al final El joven está indignado con la postura contraria del forense

Víctor en su cuarto, en la casa de su familia en Gandia,el pasado año.

Víctor en su cuarto, en la casa de su familia en Gandia,el pasado año.

LAURA L. DAVID
VALENCIA

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Víctor Díaz salió resoplando de la Audiencia de Valencia el miércoles pasado. El tribunal, que revisa su caso después de que un juzgado de primera instancia de Gandia dictaminara su incapacidad total y le retirara el derecho a voto, le había citado para una vista oral.

«Se cree que soy tonto», dice Víctor, de 25 años y con una discapacidad intelectual del 65%, indignado con el forense, que acababa de ratificar ante la sala su afirmación de que el joven «no conoce el alcance exacto del derecho a voto». Su abogado, José de la Oliva, le había hecho varias preguntas ante el tribunal. Entre ellas, si había algún político de su agrado. «Rajoy», respondió Víctor, que explicó a la sala cómo es su vida cotidiana. «Él sabe leer y escribir; ha votado [lo hizo en las últimas elecciones europeas, generales, autonómicas y municipales, y no en el mismo sentido que sus familiares]; va a un centro ocupacional... Hasta el forense ha admitido que Víctor es capaz de conformar una opinión y de extraer información», defiende el letrado, que cree que la sentencia, que podría llegar en dos semanas, será favorable.

«Se debe valorar la capacidad social, no la de abstracción», propone De la Oliva, que considera obsoleto el test —ideado en 1984 y aplicado a las enfermedades mentales— usado por el forense porque no se adecua al protocolo de la Organización Mundial de la Salud. «Nadie sabe los criterios claros para poder votar o no, pero yo propongo que sean si la persona pueda diferenciar entre opciones; que sea capaz de hacerse entender y que pueda designar una persona de apoyo», añade el abogado.

Sigue el 'caso Bárcenas'

La familia lleva dos años peleando por recuperar el derecho al sufragio de Víctor. «El primer día que votó le hice una foto porque me hace mucha ilusión que mis hijos se hagan mayores. Estoy sensibilizada porque viví la transición y me emocioné al votar la Constitución», reflexiona Marisa, madre de Víctor.Marisa sostiene que su hijo «tiene interés» por la política -«cuando murió Adolfo Suárez, él preguntaba, y le dio pena», cuenta—, habla del caso Bárcenas y «no puede soportar» la violencia machista. «Al principio pensé que si él no votaba, no íbamos a hacerlo ninguno en la familia. Ahora digo que si él no vota, votaremos todos lo que él quiere», añade la mujer. Y eso que no parece tener la misma afinidad por el PP que su vástago: «Vamos a peor desde que llegó al Gobierno. Quieren dejarnos sin nada a la clase media trabajadora».

Desde el 2010, Víctor trabaja en un centro ocupacional y Eva Palomo, su coordinadora pedagógica, explica que el chico «está muy adaptado, se deja enseñar, aprende y realiza las tareas bien». Allí monta cierres de ventanas para una fábrica y serigrafía camisetas.

Cuando a Víctor se le pregunta por qué quiere votar, contesta sin vacilar: «Porque sí». Su abogado zanja la polémica: «Hubo señoras que votaron a Felipe González porque era muy guapo; él vota a Rajoy. Como si quiere votar al Partido Antitaurino. ¿Por qué se vota a alguien? A nadie se le pregunta».