precios de la energía para automoción

La Semana Santa con los carburantes más baratos desde el 2011

Un usario carga el coche con gaslina, ayer en Barcelona.

Un usario carga el coche con gaslina, ayer en Barcelona.

PABLO ALLENDESALAZAR
MADRID

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Los bolsillos de los conductores afrontan esta Semana Santa en una posición algo más cómoda que en los últimos años. Los precios de los carburantes están en el nivel más bajo en los días previos a las fiestas desde el 2011. El coste de la gasolina y el diésel, con todo, sigue siendo un quebradero de cabeza tras haberse disparado durante la crisis (18% y 11%, respectivamente, desde la quiebra de Lehman Brothers en el 2008 y un 69% y un 58% desde los mínimos de principios del 2009).

Según los últimos datos de la Unión Europea (UE), del lunes de la semana pasada, el litro de gasolina está a 1,399 euros, mientras que el del gasóleo está a 1,319 euros. Es decir, un 3% y un 3,7% más baratos que antes de la Semana Santa del 2013. La rebaja se debe al menor coste de la materia prima que, sin embargo, no se ha trasladado del todo (8,5% gasolina y 6,2% gasóleo). Respecto a la Semana Santa del 2012, el recorte de precios es mayor (5,6% y 4,9%), aunque están en línea con los del 2011 (3% y 0,8% más caros) y muy por encima de los del 2010 (20% y 26%), 2009 (48% y 54%) y 2008 (24% y 16%).

EFECTO FESTIVO / Como es habitual antes de las fiestas, los precios han subido en las últimas tres semanas (un 0,5%). Y es más que probable que se incrementaran ayer respecto al lunes pasado. Así sucedió con la gasolina en el 2013 (0,6%), el 2012 (1,3%), el 2011 (0,6%), el 2010 (0,9%), el 2009 (0,3%) y el 2008 (0,8%).

Este tipo de evolución es similar al llamado efecto lunes: las empresas bajaban precios ese día, que es en el que la UE recoge sus datos, para elevarlos después. Si bien la práctica, confirmada por la desaparecida Comisión Nacional de la Energía (CNE) se ha disipado en los últimos meses, los problemas en el mercado español persisten, como demuestra la menor rebaja del precio final frente al de la materia prima.

El último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC, que sustituyó a la CNE) destaca que España se situó en febrero como el cuarto país más caro de los 28 de la UE en el precio de la gasolina antes de impuestos (0,697 euros por litro) y el séptimo en el gasóleo (0,743). En cambio, es el décimosexto en el precio final (1,406 y 1,348, respectivamente) por la menor carga fiscal en comparación con el resto del continente.

El problema son los márgenes de las empresas, que son muy superiores a los de la media europea. Además, desde abril del 2012 han aumentado, mientras que en el resto de la UE se han mantenido, con lo que la diferencia es cada vez mayor. En febrero se situaron en los 0,157 euros por litro en la gasolina y los 0,163 euros por litro en el gasóleo, si bien superaron los 0,17 en algún momento del mes y no hace mucho llegaron a sobrepasar los 0,18.

«Las subidas de las cotizaciones se trasladan a los precios finales de igual forma a la de otros países, pero, en cambio, las bajadas de las cotizaciones se están retrasando y no se trasladan completamente», denunció la CNMC en el informe. Es lo que se conoce como el efecto cohete y pluma: los precios suben rápidamente cuando el petróleo se encarece pero bajan con lentitud cuando la materia prima se abarata. Lo mismo sucede, según el organismo supervisor, cuando se producen cambios en los tributos de los carburantes: «Parece observarse una traslación inmediata de la subidas al bolsillo del consumidor, mientras que las bajadas no siempre se trasladan con la misma celeridad».

CONCENTRACIÓN / La extinta Comisión Nacional de Competencia (CNC) ya denunció hace algunos años que el problema era el excesivo poder que tenían unas pocas empresas. Apuntó, así, que las tres compañías con capacidad de refino -Repsol (63%), Cepsa (28%) y BP (9%)- controlaban el 42% de la capacidad de almacenamiento y el 64% de las gasolineras (40% para Repsol, un 17% para Cepsa y un 7% para BP).

Según el último informe de la CNMC, las estaciones de servicio independientes establecen los precios más bajos. Las diferencias con los de las gasolineras integradas en las grandes redes de operadores, además, aumentó en febrero frente a marzo hasta situarse entre los 0,3 y 0,44 euros por litro para la gasolina y el gasóleo.

Para paliar esta situación, el Gobierno modificó la ley de hidrocarburos hace un año para aumentar la competencia y presionó públicamente a las empresas. Hace tan solo unos días, el ministro de Industria, José Manuel Soria, volvió a destacar que los márgenes empresariales en España son mayores que en Europa.

«Esperamos que con el paso del tiempo este cambio en la legislación traiga consigo esa mayor competencia y acabe notándose también en el precios», aseguró. Al tratarse de un sector liberalizado, el Gobierno entiende que su margen de actuación es limitado y confía en que la reforma legal vaya dando sus frutos.