El Pirineo de Lleida prevé un fin de temporada lleno

Muchos de los 70.000 turistas que atraerá la demarcación de Lleida durante esta Semana Santa se encaminarán hacia las estaciones de esquí que todavía están abiertas para disfrutar de los últimos descensos por la nieve de la temporada.

El sector, muy pendiente de la climatología, espera que se cumplan las excelentes previsiones de esquiadores para estos días para poder poner así el broche de oro a una campaña, que superará los 1.250.000 de forfaits vendidos en el Pirineo leridano.

Vaquèira-Beret (Vall d'Aran) es la estación que ofrecerá más superficie esquiable (107 km), con casi la práctica totalidad de sus pistas abiertas. El responsable de márketing, Josep Albós, asegura: «A pesar de estar a mediados de abril, la nieve se encuentra en un estado magnífico tras las fuertes nevadas de este invierno».

Quien sí considera que se debe prestar atención al calendario es el presidente de la Federació d'Hosteleria de Lleida, Juan Antonio Serrano, que prevé que el número de esquiadores puede ser inferior al del año pasado, cuando la Semana Santa cayó 15 días antes. «El turismo de sol y playa hará mucha competencia al de nieve. Con el buen tiempo, la gente tiene ganas de darse el primer chapuzón», afirma Serrano.

Los hoteles situados en las proximidades de los complejos invernales registrarán, si la climatología es favorable, una ocupación del 80% en el periodo comprendido entre Viernes Santo y Lunes de Pascua y el 40% el resto de días, según datos del Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida.

Los otros complejos invernales leridanos, como Boí Taüll (Alta Ribagorça) o Espot Esquí (Pallars Sobirà), también mantienen buenos espesores de nieve por lo que esperan que sean muchos los que escojan sus idílicos parajes como lugar de destino de las vacaciones. Los visitantes procederán mayoritariamente de Catalunya, Madrid, Comunidad Valenciana y el sur de Francia.

Las estaciones de Port del Comte (Solsonès) y Tavascan (Pallars Sobirà) ya han cerrado la temporada de esquí alpino pero permanecerán abiertas para otros usos turísticos. El punto negro es el cierre de Port-Ainé (Pallars Sobirà) por los problemas en la carretera de acceso por desprendimientos de la montaña.