Gente corriente

Amin Sheikh: "A mis 33 años continúo siendo un niño de la calle"

Cuando era pequeño pedía limosna en las calles de Bombay. Hoy pide apoyo para los niños de la calle.

«A mis 33 años continúo siendo un niño de la calle»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Son las 11 de la mañana y Amin suda y resopla. Lleva desde las seis trajinando cientos de ejemplares de su autobiografía,  ofreciéndolos en librerías, cafeterías, asociaciones e incluso en la calle. La vida és la vida. Jo sóc gràcies a tu es el único libro que ha escrito (y leído) este joven sin estudios nacido en el norte de Bombay (India) y todo lo que recaude con su venta lo destinará abrir una cafetería-librería en su ciudad natal gestionada por niños de la calle. El espacio se llamará Bombay to Barcelona, un homenaje a la red de amigos catalanes que conoció a través de su servicio de taxi y que tanto le han ayudado.

-Vivió en la calle... ¡de los 5 a los 8 años!

 

-En Europa no pueden imaginarse lo que es ser un niño de la calle. ¡Aquí un niño es como una flor! Yo huí porque temía las palizas que me daban en casa y en la tetería donde limpiaba y servía. Viví tres años en la calle: pedía limosna, robaba, comía desperdicios, reciclaba basura, cargaba maletas... Me pegaron, me drogaron, abusaron sexualmente de mí y me esclavizaron. Dejé de creer en la bondad. Veía a las personas como monstruos y me volví muy agresivo.

-Una monja le rescató.

 

-La hermana Seraphine apareció como un ángel y me llevó al orfanato jesuita de Snehasadan, que significa casa de amor. Con amor y dulzura me ayudaron a cambiar. La gente me ha hecho mucho daño, sí,  ¿pero por eso tengo que hacerles daño yo también? No. Si no cambias tú, las cosas siempre seguirán igual. Alguien tiene que romper el ciclo de la violencia.

-Para eso hay que ser muy fuerte.

 

-Mi fortaleza viene de los sentimientos y de la buena gente que me ido encontrando en la vida. Si tú haces una buena acción, esto atraerá otra buena acción, y esta otra, y así indefinidamente. ¿Sabe por qué quiero abrir una cafetería?

-¿Por qué?

-En Bombay un café de calidad cuesta tres y hasta cuatro euros. ¡Solo los ricos pueden tomar buen café! En mi cafetería cualquiera podrá tomar un buen café y todos los niños tendrán un vaso de leche y una chocolatina. ¿O es que solo los niños ricos tienen derecho a comer chocolate? Seguimos viviendo como en la época medieval. ¿Cómo es posible que en el siglo XXI siga habiendo una desigualdad tan abismal?

-...

 

-Tenemos un sistema educativo que convierte a las personas en ciegas, sordas y mudas. Yo no quiero ser ciego, sordo y mudo a lo que ocurre en el mundo. A mis 33 años sigo siendo un niño de la calle. Antes pedía limosna y vendía periódicos y ahora pido que apoyen mi proyecto comprando el libro o de la manera que cada uno quiera y pueda [bombay2barcelonalc@gmail.com].

-¿Tiene contacto con su madre?

 

-Ahora yo me ocupo de toda mi familia. Ella está orgullosa y feliz, pero su mentalidad no cambia. Quiere que me case y que tenga hijos, pero mi prioridad es la cafetería. Quiero adoptar un niño de la calle. Para mí es muy importante poder compartir mi vida con un Amin y ofrecerle el amor incondicional que yo no tuve.

-¿Usted de qué vive?

 

-Conduzco un taxi en Bombay y vivo de mi trabajo. Ponga mi nombre en Google y verá cuánta gente recomienda mi servicio de taxi. Yo no voy detrás del dinero; todo es fruto del boca-oreja y eso no se compra.

-¿Cuantos libros ha vendido en un año?

 

-7.300. Ahora ha salido en catalán y en diciembre estará traducido a ocho lenguas. La gente me decía que era imposible que yo publicara un libro. Aquí tienen la prueba de cómo hacer posible lo imposible.

-«Todo parece imposible hasta que se hace». Eso decía Nelson Mandela.

-Mandela... Es como Gandhi, ¿verdad?