EFECTO DE Los recortes sanitarios

Salut se confiesa impotente para bajar las listas de espera

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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La Generalitat no tiene un plan concreto, de eficacia  asegurada, que le permita reducir a corto o medio plazo la enorme lista de espera -181.600 personas el pasado 31 de diciembre- que agrupa a quienes han sido informados por su médico de que deben ser operados de una enfermedad o alteración en principio no urgente. Esta demora, avanzada por EL PERIÓDICO el pasado febrero, supera en 28.000 personas a la acumulada en el 2010, y es consecuencia directa de los recortes presupuestarios que la Conselleria de Salut ha impuesto desde el 2011 en el sistema sanitario. Entre estos 181.600 pacientes se encuentran los 75.000 afectados por alguna de las 14 intervenciones que históricamente caracterizaron las listas de espera.

Las iniciativas en que confían los responsables de Salut para absorber tanta demora quirúrgica exigirán profundos cambios estructurales en el sistema, una transformación que difícilmente proporcionará en los años inmediatos la solución que requiere tan grave problema sanitario y social. Pretenden, por ejemplo, que los hospitales públicos se conviertan en centros fundamentalmente quirúrgicos, donde sean minoría los pacientes que ingresen sin haber requerido cirugía.

En la actualidad, los enfermos operados ocupan el 50% de las camas. El resto, sufren neumonías, infartos, ictus o cualquier otra dolencia grave. «La idea es que los pacientes quirúrgicos ocupen hasta un 70% de las camas de los hospitales, lo que evitaría acumular tanta demora -afirmó Josep Maria Padrosa, director del Servei Català de la Salut (CatSalut)-. Para conseguir ese cambio hemos de mejorar la gestión de la asistencia e incrementar la hospitalización domiciliaria».

UN SOLO LISTADO / La segunda medida estudiada, que ayer citó el conseller de Salut, Boi Ruiz, tras comparecer en el Parlament, consistiría en unificar las listas de espera de determinadas patologías, generadas por varios hospitales, de forma que quienes esperen quirófano en un centro saturado de demanda puedan ser intervenidos en otro con menor actividad. «El paciente tendrá siempre la última palabra, deberá aceptar el cambio y permitir que lo opere un cirujano que no conoce», puntualizó Ruiz. Esa opción siempre ha existido para las 14 intervenciones cuyo tiempo de espera -protegido por un decreto ley- no puede exceder los seis meses. En la práctica, poquísimos pacientes acceden a ser intervenidos en un hospital con baja actividad y por un cirujano desconocido.

Más allá de estas alternativas, el conseller Ruiz reiteró que solo un cambio significativo, de ámbito estatal, en la «infrafinanciación crónica» del sistema sanitario público podrá solucionar de forma radical el problema de las listas de espera. «Para operar ahora a esas 181.000 personas en espera necesitaríamos 360 millones de euros adicionales», dijo Ruiz. «El sistema sanitario público español requiere una financiación superior a la que recibe -añadió-. En esto coincidimos todas las comunidades autónomas».

INICIO DE LA DEMORA / Los retrasos quirúrgicos acumulados en Catalunya, los mayores desde la reinstauración de la Generalitat, están provocando un creciente malestar ciudadano, que canalizan asociaciones de pacientes dedicadas a facilitar que los afectados reclamen una revisión de su proceso. El hecho de que la incorporación a una lista de espera quirúrgica no implique conocer la fecha en que se realizará la intervención -situación reconocida por el director del CatSalut- propicia inquietud en numerosos enfermos, que llegan a dudar de que su nombre figure en algún listado. «Las listas no se manipulan y no existen listas b -aseguró Padrosa-. Si las hubiéramos querido maquillar, lo hemos hecho fatal, porque son altísimas».

En Catalunya, el paciente queda en lista de espera en el momento en que su médico le indica que debe acceder a una intervención quirúrgica, reiteró ayer el conseller Ruiz. «Otras comunidades ponen al paciente en lista cuando se le asigna quirófano. Aquí no», insistió. Esa situación de espera puede ser certificada por el CatSalut si el paciente lo solicita. Tiene derecho a ello. El conseller instó a los ciudadanos que sospechen que su historia clínica no recibe el trato adecuado reclamen ante su hospital.

DERIVACIONES DENUNCIABLES / También animó Ruiz a informar al CatSalut si algún médico propone a su paciente eludir una espera optando por el quirófano de un centro privado.  «La ley general de sanidad prohíbe de forma explícita que los pacientes que acceden al sistema público sean reconducidos a una clínica privada -insistió Ruiz-. Pido a los ciudadanos que presenten denuncias si se encuentran en esta situación».

Tanto o más que las cifras de personas en espera preocupa el tiempo que se prolonga esa demora, en especial a quienes la sufren. «Las listas se actualizan en función del estado del paciente, y no del día en que se inició la espera», puntualizó el director del CatSalut. De los pacientes que aguardan cita con el quirófano, 72.000 iniciaron la espera hace menos de tres meses, 33.000 sufren un retraso de cerca de seis meses y 17.400, de unos nueve meses. Para quienes requieren intervenciones cuyo aplazamiento se considera muy tolerable la espera puede superar los cuatro o cinco años.