Gente corriente

Jaume Martínez: «El perro de trineo caza, va detrás de una presa»

Su clínica veterinaria está en El Masnou, pero suele prestar sus servicios en carreras de trineos por todo el mundo.

«El perro de trineo caza, va detrás de una presa»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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-En el hecho de que yo me decidiera por la veterinaria influyeron mucho los programas de Rodríguez de la Fuente. Mucho. Pero hay más, algo incluso más importante, y es que el hecho de que él muriera en las circunstancias en que murió determinó en cierta manera mi progresión profesional.

-Murió en Alaska, ¿no?

-Precisamente. En la Iditarod.

Jaume Martínez sintió debilidad por los lobos viendo de niño los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, el hombre capaz de rehabilitar a los ojos del público a una especie despreciada y de llamar la atención sobre su condición de amenazada. «El gran cazador en peligro de extinción», recuerda Jaume. En general, le gustaron los animales desde pequeño, y desde pequeño supo que estudiaría Veterinaria. En el año 87 montó una pequeña clínica para animales en El Masnou, y en el año 98 su carrera dio un significativo giro. ¿Hacia dónde? Hacia los lobos, hacia la nieve. Hacia los trineos. Hacia su infancia, un poco.

-¿Lobos o perros de trineo?

-El perro de trineo es una especie de lobo, es un lobo, es lo mismo. ¿Sabe por qué corre el perro? Porque está cazando, va detrás de una presa. No hay presa, pero él está cazando.

-Vamos al año 98. Cuénteme cómo empezó.

-Bueno, por casualidad, casi, por un amigo, Pep Parés, el director de la Pirena. Él vive aquí, en El Masnou, y un día me invitó a participar como veterinario en la carrera. A mí, ¡buf!, se me abrió un mundo. Empecé como veterinario de base, yo no sabía nada, tuve que aprender, pero a los tres años me abrieron las puertas de la Iditarod, que es la principal carrera de trineos del mundo.

-Dígame, ¿por qué le gustó tanto?

-Me pareció fascinante porque representa la quintaesencia de la profesión, porque tienes que trabajar sin grandes medios, solo con las manos, un termómetro y un fonendo. Pones a prueba tus conocimientos en condiciones precarias y en sitios remotos. Te tiene que gustar, eso sí. No a todo el mundo le agrada trabajar a 40 bajo cero.

-Explíqueme cómo es en la práctica. Una carrera.

-Bueno, hay un equipo de veterinarios y básicamente tú lo que haces es seguir los trineos. Vas de check point en check point y… Y te desplazas en lo que puedes, a veces tiene que ser en avioneta porque no hay carreteras. El objetivo básico es que el actor principal de toda esta fiesta, el perro, esté bien.

-¿De qué sufre un perro de trineo?

-Curiosamente, el mayor problema son las diarreas. Es poco glamuroso, pero es así. Diarreas por el estrés, eso es frecuente, y diarreas por los alimentos, por algún cambio que se les hace en la dieta para hacerlos más competitivos. Pero son los reyes, eso sí. Todo está dispuesto para su bienestar.

-¿Qué quiere decir?

-Pues no sé, por ejemplo, una vez estaba en un check point y llega un musher con un perro cojo. Resultó que tenía un tendón roto. Bueno, pues ese perro fue evacuado enseguida en avioneta, y a las dos horas ya estaba en la clínica veterinaria de Anchorage.

-¿En qué carreras ha participado?

-Pues, primero, en la Pirena, que es la carrera a la que más cariño le tengo; luego, en la Iditarod, en la Yukon Race, en la Race to the sky y en la Finsmarklopet, que es en Noruega. Ahora soy doping control officer de la federación internacional de perros de trineo. O sea, que hago controles de doping.

-¿Ocurre mucho?

-No, pero hay que hacerlo.

-Todo esto por Rodríguez de la Fuente.

-¿Sabe qué? Lo primero que hice cuando fui a la Inditarod fue ver el monumento que le hicieron en Alaska. En Anchorage. Fue lo primero que pregunté.