Comparecencia en el Congreso

Interior admite ahora disparos de pelotas al agua en Ceuta

La Guardia Civil, durante el rescate del último cuerpo recuperado hasta ahora, ayer al mediodía.

La Guardia Civil, durante el rescate del último cuerpo recuperado hasta ahora, ayer al mediodía.

MAYKA NAVARRO
MADRID

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En una semana, el Ministerio del Interior ha tenido tiempo de dar tantas versiones como días ha habido desde los sucesos ocurridos el pasado día 6 en Ceuta, cuando en un intento masivo de entrada por tierra y mar murieron al menos 12 subsaharianos. El último de los cadáveres se localizó precisamente ayer al mediodía. Horas antes del hallazgo, el ministro Jorge Fernández Díaz ofreció en el Congreso un último relato de los hechos que contradice la afirmación del director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, de que los agentes solo habían disparado balas de goma, munición de fogueo y botes de humo al aire.

Según el ministro, los agentes sí dispararon al agua, pero sin apuntar a los inmigrantes que, exhaustos y sin saber nadar, intentaban llegar a la orilla de la playa de Tarajal.

El titular de Interior aseguró que, al disparar todo ese material antidisturbios apuntando al agua, la única intención era disuadir a los inmigrantes, sin quererles dar, vino a decir. Es más, según Fernández Díaz, en cuanto los mandos vieron que seguir disparando «ponía en riesgo la vida» de esos hombres, cesaron los disparos «inmediatamente».

Haciendo uso de un lenguaje especialmente técnico y laberíntico, sin mostrar ninguna empatía con los subsaharianos, a los que describió como «jóvenes de complexión atlética» agresivos y de los que recordó que «son ilegales y que trataban de entrar ilegalmente en España», el ministro del Interior desvinculó la muerte de 12 de ellos de la actuación de la Guardia Civil.

Durante sus intervenciones, ninguno de los diputados de la oposición cuestionó la labor de la Guardia Civil en Ceuta o Melilla, pero sí evidenciaron que no existe un protocolo claro y ajustado a la ley que especifique cómo se debe actuar en estas dos fronteras con Marruecos.

LOS LÍMITES DE ESPAÑA / Hubo un momento de las cinco horas que duró la comisión en que el ministro y el diputado del Partido Nacionalista Vasco Emilio Olabarria se enzarzaron en una discusión sobre las fronteras de España. Fernández Díaz dijo que en Ceuta «la geografía cede ante un concepto jurídico». Y así justificó que los 23 inmigrantes que llegaron a nado a la playa de Tarajal, en Ceuta, fueran inmediatamente conducidos a Marruecos.

Para Olabarria y Ricardo Sixto, de la Izquierda Plural, esas expulsiones son «indiscutiblemente ilegales». Para el ministro, sin embargo, los inmigrantes, a pesar de tocar la orilla, no estaban jurídicamente en España, porque no superaron la barrera de los guardias civiles. «¿Dónde empieza España? ¿A las espaldas de un guardia civil?», ironizó Sixto.

Al margen de las ironías, el debate dejó claro que actualmente no existe entre los diputados un consenso sobre cómo se debe interpretar la ley de extranjería en las fronteras de Ceuta y Melilla. En su artículo 26, esta ley contempla que en esos casos los inmigrantes tienen derecho a un abogado, a un traductor y a pedir asilo.

SIRIOS EN MELILLA // Las autoridades españolas cerraron anoche durante cerca de dos horas el puesto fronterizo de Beni Enzar, el principal de los cuatro existentes entre Melilla y Marruecos, para evitar la entrada de decenas de emigrantes de origen sirio. El cierre afectó a centenares de marroquís que volvían a su país tras pasar el día en Melilla.