Investigación del Comité de Derechos del Niño

Luz sobre los bebés

Las Naciones Unidas instan al Vaticano a facilitar información sobre los verdaderos padres de los centenares de niños robados en España

El papa Francisco lanza un beso a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, ayer.

El papa Francisco lanza un beso a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, ayer.

IRENE SAVIO
ROMA

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En los informes presentados ayer por el Comité de Derechos del Niño de la ONU -en los que, además de los abusos sexuales, se analizan otras acusaciones contra la Iglesia-, hay pocas menciones a casos concretos, pero sí una a la siniestra historia de los bebés robados en España desde la época franquista hasta bien entrados los años 80 y sus posibles vínculos con la Iglesia católica. «La agencia insta a la Santa Sede a castigar a los responsables» y a «facilitar a las víctimas información sobre su filiación biológica», con el fin de que puedan localizar a sus verdaderos progenitores, señala el documento.

«Ha sido preocupante el descubrimiento en el 2011 en España que centenares de bebés fueron despojados de sus madres y vendidos por una red de médicos, sacerdotes y monjas» a otras familias, indica la ONU. Y señala que el caso se asemeja al de las lavanderías de Magdalena, en Irlanda, donde entre 1922 y 1996 varios niños fueron sustraídos a mujeres que vivían en esos asilos en estado de semiesclavitud.

Por ello, dice la ONU, «preocupa que, a pesar de que varias organizaciones católicas trabajan en el sector de las adopciones internacionales de niños, la Santa Sede todavía no ha adoptado medidas necesarias para que las organizaciones católicas no efectúen adopciones ilegales». Asimismo, el comité reclama al Vaticano que ratifique el convenio de 1993 relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia de adopción internacional.

Otro caso, al que también hace referencia la ONU en su informe, es el de la ultracatólica congregación de la Legión de Cristo, que en actualidad está en proceso de renovación, después de permanecer más de tres años intervenida por el Vaticano, a raíz de los abusos allí registrados. Al respecto, la agencia internacional expresa «inquietud por la situación de los adolescentes que son reclutados por la Legión de Cristo y otras organizaciones católicas».

Lo que ha llevado estos jóvenes, añade, a vivir «separados de sus familias y aislados del mundo», una situación que no ayuda a un «pleno y armonioso desarrollo de la personalidad» de estos niños. Y esto, a pesar de que incluso el presidente de los obispos franceses, Georges Pontier, denunció en noviembre la manipulación mental que ejercen ciertos grupos católicos, recuerda la ONU.

De ahí la amalgama de sentimientos, entre resignación y rabia, pero también algo de satisfacción, que manifestaban ayer las organizaciones de víctimas y familiares que han padecido estos abusos. «El problema es que se está convirtiendo en un diálogo de sordos. La ONU dice algo y el Vaticano lo niega», indicó a este diario un exlegionario de Cristo. «Ha llegado la hora. La ONU ha condenado al Vaticano. Y la Iglesia tiene que colaborar con la justicia», añadió, por su parte, Anna Maria Pilozzi, de la asociación italiana Caramella Buona.

«Los resultados de la ONU son un nuevo despertar para todos los líderes del mundo. Ahora saben que la Iglesia trabaja en todo el mundo y que tienen que encargarse de proteger a los niños», dijo Barbara Blaine, de la Red de Sobrevivientes de los Abusos de los Curas (SNAP, por sus siglas en inglés). «El papa Francisco ya podría haber divulgado todo lo que han escondido sobre lo abusos en el clero. Pero no, esto todavía no ha pasado», agregó la portavoz de SNAP, una de las organizaciones que enviaron documentación para la investigación de la ONU.