NUEVA INICIATIVA ANIMALISTA DE LA CÁMARA CATALANA

La amenaza de veto de los números con animales subleva al circo catalán

Pasado 3 Una actuación de Ángel Cristo en Barcelona, en 1997, antes de que la ciudad vetara las fieras.

Pasado 3 Una actuación de Ángel Cristo en Barcelona, en 1997, antes de que la ciudad vetara las fieras.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / TONI SUST / Barcelona

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Preferirían enfrentarse a los colmillos de un león o aguantar la respiración bajo la pata en suspensión de un elefante que encontrarse en esta situación, como espectadores pasivos, aguardando a que su futuro se despeje en un entorno alejado de la arena de la pista. Son profesionales del circo, que hoy anunciarán su oposición a la proposición de ley que debatirá el Parlament para decidir si prohíbe el uso de todo tipo de animales en los espectáculos circenses.

«Por primera vez, el sector se pone de acuerdo contra una iniciativa como esta, unilateral y  discriminatoria, por cuanto ni se le ha consultado ni se le permite participar en el debate sobre su propio futuro», explica Marcel Barrera, periodista, crítico de circo y presentador del acto.

Pep García, mánager de giras del Circo Raluy y fundador de la Asociación de Profesionales del Circo de Catalunya (APCC), subraya «la perplejidad y el malestar» del gremio con los políticos. «¿Alguien se imagina una ley del comercio sin consultar a los comerciantes?», resume.

La réplica llega desde Anima Naturalis. Aïda Gascón, directora de esta oenegé de defensa de los animales, aplaude el plan del Parlament.  «La vida de estas bestias en el circo es de privación y sufrimiento, forzados a comer, dormir y defecar en pequeñas jaulas», resume. Y añade aspectos más controvertidos, como «golpes, patadas y latigazos» que encajan los animales sometidos a la voluntad del domador.

Gascón se cuestiona qué beneficio aporta la preservación de este tipo de números. «No contribuye a la conservación de las especies e inculca una visión tergiversada a los niños, el público mayoritario de estos espectáculos», recuerda.

DEPRESIÓN  Y NEUROSIS / Estos y otros aspectos se incluyen en la proposición de ley, que subraya que los animales viven encadenados, con continuos traslados y privados de buena parte de sus estímulos naturales, extremos que les llevan a situaciones de «apatía, depresión y neurosis». A García le sorprende el diagnóstico: «¿Quién decide cuándo un animal está frustrado y en qué se basa? ¿Por qué en un circo más que en un zoo, también enjaulados y con el trasiego constante de visitantes?», sostiene.

«Puede haber agresiones en algún circo, no en la mayoría, porque nosotros amamos a los animales. Y no se puede generalizar y prohibir todo, porque en cualquier ámbito hay tratos injustos», dice García. Gascón coincide en que el maltrato no es exclusiva del sector, pero no le parece «motivo suficiente» para desechar la iniciativa. «El sentir de la población catalana es que no le gustan las corridas de toros. Pero tampoco ve con buenos ojos a un león pasando por un aro en llamas», ilustra Gascón.

En el Parlament, todo está todavía muy verde en cuanto al trámite, pero también claro en cuanto a apoyos: CiU, ERC, el PSC e ICV-EUiA están a favor de la prohibición, que el PP y Ciutadans rechazan. Aunque existe una sensación común de que la iniciativa fue presentada por los impulsores con excesivo ímpetu.

«La lógica es la misma que en cualquier caso de maltrato a un animal, sea en una perrera o en los toros», afirma la diputada ecosocialista Hortènsia Grau, que admite que antes de presentar la propuesta se habló únicamente con las entidades animalistas y no se contactó con el mundo del circo, algo que podrá repararse: «Podemos arreglarlo durante la tramitación parlamentaria», dice. Grau reconoce asímismo que la sociedad no tiene «una percepción general» que asocie el circo a un infierno para los animales, como sí la había, agrega, en el caso de los toros. Pero sostiene que constan situaciones indeseables de las que han aportado datos las entidades, como «fotos de elefantes con heridas».

«No podemos criminalizar los circos, nos interesa que salgan adelante como sector cultural», argumenta la diputada, que abre la puerta a que el veto en en este ámbito solo afecte a los «animales salvajes. No es lo mismo que los domésticos». Eso supone un preindulto de la presencia de perros y de caballos (domésticos a su manera) , que no solo ICV defiende.

«Se persigue lo que muchos pueblos catalanes ya han aprobado: no autorizar espectáculos con animales», dice el socialista Jordi Terrades, que agrega: «El objetivo del PSC es mantener el texto planteado pero circunscrito a los animales salvajes». Advierte de que habrá que determinar hasta dónde llega el veto, y recuerda que los correbous no fueron prohibidos. Y admite que al mundo del circo no se le ha escuchado.

El diputado de ERC Oriol Amorós explica qué impulsa el veto: «La lucha por una mejora ética en la relación con los animales». Lo mismo, añade, que ya impulsó la lucha por la prohibición de los toros. Amorós no coincide con socialistas y ecosocialistas: dice que ERC «pone el acento» en los animales y no le ve sentido a limitar el veto a los salvajes.

ANTES DEL VERANO / Terrades y Amorós creen que la nueva prohibición podría estar aprobada antes del verano, algo de lo que Grau duda. La iniciativa es rechazada por el PP y Ciutadans, que han presentado enmiendas a la totalidad. Por los populares, el diputado Rafael Luna explica: «Nosotros no entendemos que en un circo no haya animales, como no entenderíamos que no hubiera trapecistas o payasos».