Interior asegura que las vallas con cuchillas son disuasorias y causan heridas leves

Fernández Díaz insiste en que las concertinas son una medida "no agresiva" cuyo objetivo es impedir la entrada ilegal de inmigrantes

Varios trabajadores colocan cuchillas en la valla de Melilla,el jueves pasado.

Varios trabajadores colocan cuchillas en la valla de Melilla,el jueves pasado.

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Las púas y cuchillas instaladas en las vallas antiinmigración de Melilla y Ceuta no causan heridas graves. Eso ha afirmado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Las denominadas concertinas son según el ministro elementos de seguridad que tienen un efecto disuasorio y que provocan heridas leves a aquellos que intentan sobrepasarlas.

Tras su vista con su homólogo italiano, Angelino Alfano, al centro de operaciones de la Guardia Civil, Fernández Díaz ha subrayado que las vallas de alambre con cuchillas son una medida "no agresiva", cuyo objetivo es impedir la entrada ilegal de inmigrantes a España y, por tanto, a la UE. Ha confirmado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene ya en su poder un informe sobre estos elementos de seguridad y que Interior está a la espera de conocer su valoración, aunque Fernández Díaz ha asegurado que el jefe del Ejecutivo conoce este asunto porque fue ministro del Interior.

Preguntado por las declaraciones de Antonio Camacho, quien fue secretario de Estado de Seguridad y también ministro del Interior durante el Gobierno socialista, quien ha afirmado que son "totalmente falsas" las informaciones publicadas que mantienen que en el 2005 se reforzó la valla de Melilla con concertinas, Fernández Díaz no ha querido polemizar. No obstante, ha insistido en que las concertinas se usan en los perímetros de los cárceles y en organismos internacionales como el Banco Central Europeo o el Parlamento europeo.

"Las vallas tanto en superficie como en altura que están instaladas en Ceuta no las ha inventado este Gobierno y con esto no estoy criticando a ningún gobierno", ha dejado claro el ministro. Además, a juicio del titular de Interior, son más graves las consecuencias para un inmigrante de una caída desde lo alto de una valla, unos siete u ocho metros, que el de intentar superar una concertina.

Elementos "no agresivos"

"Esa es la realidad y dicho esto, en la defensa de los derechos humanos nadie nos va a ganar", ha añadido Fernández Díaz, antes de volver a reiterar que estos elementos están "estandarizados en su uso, son pasivos y no son agresivos". Se supone que el concepto "no agresivo" al que hace referencia el ministro alude al hecho de que una valla fortificada es estática. Medidas agresivas sería por tanto la instalación de vallas electrificadas o asignar la defensa de la frontera a perros entrenados, por ejemplo.

Interior resalta que las vallas tienen como finalidad impedir el negocio de las mafias de la inmigración. Unas mafias que, según Fernández Díaz, están siguiendo "muy directamente" esta polémica, pues les interesa el resultado. "Ellos no tienen escrúpulos. No piensan en derechos humanos sino en el negocio que tienen con personas que legítimamente se ven obligadas a buscar una mejor vida en otros países", ha añadido.