Cambios en el arsenal antidisturbios

El Parlament acaba con las pelotas de goma y salva a Prat

VÍCTOR VARGAS LLAMAS
BARCELONA

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Siguiendo el guión preestablecido, con los votos a favor de CiU y ERC y con el apoyo testimonial de Ciutadans para apuntalar una mayoría más que suficiente, el Parlament aprobó ayer la prohibición a partir del 30 de abril del año que viene de las balas de goma como proyectil antidisturbios al servicio de los Mossos d'Esquadra. Una medida previsible desde que el pasado miércoles los republicanos arrancaran in extremis el apoyo del partido gobernante para que prosperase el veto a estos proyectiles. Tan previsible como que el director general de la Policía, Manel Prat, seguiría en su cargo pese al clamor de la mayor parte de las fuerzas parlamentarias,  que han redoblado sus peticiones de cese. Su continuidad es la contraprestación a la que se ha plegado Esquerra a cambio de la prohibición de la polémica munición de la Brigada Mòbil.

Un «cambio de cromos» en toda regla, según denunciaron el resto de partidos de la oposición, que ambas formaciones negaron con la misma insistencia. La simbiosis se concretó cuando se escuchó por vez primera a CiU exponer un convencido discurso de que la retirada definitiva de las pelotas de goma no podía adoptarse de forma «unilateral».

COINCIDENCIA / El portavoz convergente en la comisión de seguridad, Lluís Guinó, pidió el respaldo de todos los partidos ante «la gravedad de la situación» y compartió responsabilidades al recordar que tanto el PSC como ICV-EUiA han sido titulares de la Conselleria d'Interior. También rebatió las acusaciones de transacción de intereses con ERC al calificar de «sucesos diferentes que han coincidido» la muerte del comerciante del Raval y el fin del trabajo del grupo de estudio.

En sintonía con CiU, la portavoz de ERC, Gemma Calvet, sintetizó los ejes de las conclusiones de la comisión. Además de la prohibición de los proyectiles, destacó la «necesaria indemnización y resarcimiento» de las víctimas, con carácter retroactivo, así como la implementación de medidas que garanticen la identificación de la secuencia de hechos y de los agentes que participen en cada acción policial.

MODELO MIXTO / La dirigente republicana destacó asimismo la necesidad de cambiar de modelo policial e instaurar uno «mixto», que combine las virtudes de la proximidad y las intervenciones a distancia según determinen las circunstancias.

En ese mismo punto, el de la organización de la policía catalana del futuro, incidió Ferran Pedret desde las filas del PSC. «Hemos de adaptar los modelos de seguridad a la realidad social, garantizando la seguridad de las personas, pero también su libertad». Pedret reprochó al Govern que la retirada definitiva no se aplique «ahora mismo». Y  advirtió de que el veto debería ampliarse a los proyectiles viscoelásticos, de los que admitió que resultan «más precisos» en su objetivo, pero objetó que «también resultan lesivos».

La exposición no era casual puesto que, como ya adelantó EL PERIÓDICO, es el instrumento con más números para sustituir a las pelotas de goma. Prueba de ello es que CiU, ERC, PP y Ciutadans evitaron que el veto se ampliara a estos proyectiles.

DE SAURA A ESPADALER / El PPC fue el más contrario al acuerdo al considerar, en palabras de su portavoz, Pere Calbó, que es «una tomadura de pelo». «CiU y ERC no cambian el modelo de seguridad; se lo cargan y ponen en peligro el orden público». «[Felip] Puig y [Ramon] Espadaler hacen bueno a [Joan] Saura», zanjó Calbó.

El representante de ICV-EUiA, Jaume Bosch, reprochó a Interior las trabas que ha puesto a la comisión para desarrollar su trabajo y reclamó un informe sobre la unidad antidisturbios para evaluar posibles «conductas inapropiadas». No obstante, abogó por ampliar los medios técnicos actuales para mejorar las condiciones laborales de los Mossos. Una iniciativa que no prosperó pese a que se sumaron el resto de fuerzas políticas, excepto las del «cambio de cromos», como volvió a insistir Bosch.

Ciutadans votó a favor de la retirada, «pero con reparos», según dijo su representante, Matías Alonso, que abogó por la necesidad de mantener «herramientas robustas» que garanticen una actuación policial «contundente» cuando se requiera.

David Fernández (CUP) aseguró que quienes han disparado las pelotas de goma «son los políticos» y reclamó la «disolución» de la Brigada Mòbil y el fin de un «modelo autoritario» del que responsabilizó en buena medida a Prat y al exconseller

Puig.