La compañía constructora del proyecto

Las réplicas del Castor

Ajuste de cuentas 8 Panorámica de los consejeros de ACS, con Florentino Pérez (al micrófono) en la junta de accionistas en mayo pasado.

Ajuste de cuentas 8 Panorámica de los consejeros de ACS, con Florentino Pérez (al micrófono) en la junta de accionistas en mayo pasado.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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El Castor ha provocado seísmos. Y sus correspondientes réplicas en  el grupo ACS, liderado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que controla el 66,67% del almacén de gas frente a las costas de Vinaròs (Castellón). Lo hace a través de Escal UGS, con Castor Limited Partnership, filial de la canadiense Eurogas, especializada en prospecciones de gas y petróleo, que tiene el otro 33,33%.

El Ministerio de Industria era en principio reacio a autorizar la operación de esta instalación, cuyo coste casi se ha triplicado, desde los 500 millones inicialmente presupuestados hasta 1.300 millones. El almacenamiento se proyectó en una época de bonanza y con unas previsiones de consumo energético muy superiores a las actuales. El temor era que sus sobrecostes recayeran sobre el conjunto del sistema gasístico y generaran un déficit como el de la tarifa eléctrica. Otra posibilidad es que lo pagaran todos lo usuarios con subidas de precios.

La sociedad titular de Castor, que recibió la concesión de explotación de las instalaciones en junio del 2008 firmada por el entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián (PSOE), logró que el Tribunal Supremo admitiera a trámite un recurso contra una orden ministerial que complicaba su rentabilidad.

En junio pasado se allanó el camino gracias a otro cambio de Industria, que permitía a Enagás participar en la subasta del gas colchón necesario para iniciar la actividad. Así quitaba a ACS, carente de recursos para ello, un problema de encima.

Lo cierto es que ACS y su socio tuvieron dificultades para hallar financiación para el proyecto. Finalmente, un grupo de 19 bancos, entre ellos Banesto, la antigua Caja Madrid, Santander, Crèdit Agricole o Societé Generale, se comprometieron a aportar unos 1.200 millones en el 2010. En junio pasado lanzó una emisión de bonos por 1.400 millones que sustituía a la banca.

La nueva paralización de Castor decretada por el Gobierno ensombrece esa vía de financiación y provoca otras incertidumbres. Una de ellas es el papel de Enagás. El gestor de las infraestructuras gasísticas dispone de una opción de compra sobre la mitad del paquete de ACS en la sociedad que explota Castor. Son unos 400 millones de euros que el grupo de Florentino Pérez necesita como oro en paño.

El problema es que la transacción «está condicionada a que esté operativo, tenga el acta de puesta en funcionamiento y que se marque una rentabilidad asegurada por estar integrado en el sistema gasista». Simplificando, esto supone que Enagás «no compró sobre plano sino que solo cerrará la adquisición cuando le entreguen las llaves con la obra acabada», según fuentes del sector energético. Los seísmos, sin duda, provocan también fuertes temblores en ACS.

El Castor se proyectó para ser el mayor almacenamiento de gas en España. Actualmente, hay otros cuatro en marcha de naturaleza distinta. Tres de ellos son de Enagás: Serrablo (Huesca), Gaviota (Vizcaya) y Yela (Guadalajara). El cuarto, Marismas, (Huelva), es de Gas Natural ,que tiene previsto otro proyecto similar en la zona minera de Balsareny (Bages).

En todo el mundo hay unas 650 almacenamientos subterráneos de gas para cubrir puntas de consumo y déficits de suministro. Solo en Alemania hay unos 50. En general, el gas se almacena en el subsuelo aprovechando antiguos yacimientos o se inyecta en acuíferos profundos o en cavidades generadas en formaciones salinas. A diferencia de Gaviota, también mar adentro, pero que era un yacimiento de gas, Castor era un pozo del que

Shell extrajo unos 56 millones de barriles de petróleo pesado, a razón de 40.000 diarios, entre 1973 y 1989.